Y de nuevo ¿volveremos a indignarnos, a poner el grito en el cielo, a condenar a los artífices del apuñalamiento?, con razón , sin un ápice de reflexión por parte de una sociedad que, por cierto, los ha tenido en su seno, a los dos culpables de la agresión, en una sociedad donde l violencia forma parte de la cotidianidad más ¿inofensiva?.
¿Nos volveremos a indignar hasta lo insoportable?, a condenar los hechos sin paliativos, sin excusas, sin atenuantes . . . mientras se admite a diario en los programas televidentes de “prime time” “esa violencia ¿domesticada?” . . . para que lo vea toda España ¿? . . . y conozca al tipo o la tipa ¿?.
Cuando desde tan pequeños se ha ensalzado, entre nuestros retoños, la capacidad “de hacerse respetar”, para que nadie “se aproveche de nuestros pequeños”, cuando tan orgullosos les vemos haciéndose los gallitos, soltando las piernecitas, abusando del resto, porque nos encantan “los machitos” roneando a sus piezas con la gracia de su prepotencia huera y cobarde.
Mientras se repiten a diario los comportamientos agresivos, verbales, físicos, creyendo que jamás se cruzarán las líneas rojas . .. hasta que se cruzan y ya es demasiado tarde y no hay retorno.
Cuando se cobijan, se toleran, se jalean los gritos, los empujones, los insultos, las agresiones, el control nauseabundo del otro, de la pareja, del ser “supuestamente amado”, y toda “esa porquería inhumana” se comprende en el entorno familiar, entre los próximos, amigos, compañeros, vecinos . . . y hasta se llega a admirar al “bruto” encolerizado que a veces es “el machote, el héroe . . .”, admitido hasta que hace ¿lo inconcebible?. . . o ¿tan ilusos pretendemos presentarnos?. Como si con nosotros no fuera ninguna responsabilidad.
Cuando se admite con tanta facilidad la agresividad cotidiana, la ira a bote pronto, la rabia constreñida y pronta a estallar a la mínima provocación . . .
Cuando la bondad, el amor, la convivencia y el respeto . . . son valores en detrimento, porque “los referentes morales” callan y se arrugan, porque no está de moda . . . la capacidad de entender, de comprender, e fraternizar hacia el necesitado . . . desde las autoridades políticas, religiosas . . . que solo destilan odio y visceralidad . . .”¡contra!” . . . siempre ¡contra! . . . el otro, como para que sea desgraciadamente muy habitual que “nuestros jóvenes”, algunos de nuestros jóvenes acudan a la agresión violenta, irracional, agresiva . . . imperdonable . . . sin que ese comportamiento exima a demasiados “desahogados” de una sociedad que solo “pretende rasgarse las vestiduras” cuando ya es demasiado tarde . . . y nada explican las bárbaras reacciones.
El otro día sucedió en El Palo, en el campo de fútbol, tras la finalización de un partido, cuando dos jóvenes agredieron a otro, ¿dos jugadores de fútbol?. . . enfebrecidos por y para hacer daño al otro hasta intentar herirlo, matarlo . . . como si fuéramos todos un poco más inhumanos . . . porque todos lo humano nos “atañe”, para bien, para mal . . . mientra, hipócritas, hacemos como que nos vayamos a rasgarnos las vestiduras. . . como ¿si no fuera con nosotros?.
Cuando es muy triste cómo se enzarzan los unos contra los otros en agrias disputas que . . .¿solo son un espectáculo?: ¡un macabro espectáculo de mierda!
Torre del Mar marzo – 2.016