Ha sido la comidilla estos últimos días en las playas de El Palo. En los espigones se veía más pescadores que nunca. Y es que la noticia había corrido como la pólvora. «Han soltado o se les ha escapado de la piscifactoria muchos róbalos y los están pescando ‘a puñaos’ por todo el litoral de El Palo. ¡Lubinas de kilo a dos kilos de peso cada una!», comentaba entusiasmado un vecino de la zona. Hasta ayer mismo se podía ver más gente de lo habitual pescando con caña en los espigones de El Palo, justo enfrente de la piscifactoría para la cría de lubinas y doradas instalada hace años a apenas un kilómetro de la costa. Pero durante el fin de semana la presencia de pescadores fue mucho mayor. «Había cientos de róbalos en la bahía», comentaba ayer un vecino, que indicaba que no es la primera vez que la zona se puebla de pronto de lubinas, un producto muy demandado por los restaurantes. Pero la presencia de tanto róbalo parece que no tenía que ver con la rotura de las redes de las jaulas de la piscifactoría, algo que según comentan los vecinos ha ocurrido en alguna ocasión debido a fuertes temporales. Esta vez podría tener más que ver con una suelta controlada, bien para repoblar la bahía, bien por excedentes de este pescado. En todo caso fue una pesca muy provechosa que hizo pasar buenos ratos a los pescadores.
Paseo Marítimo: rampa en malas condiciones
Quien pasó un verdadero mal rato fue una familia que denuncia las malas condiciones en las que se encuentra una rampa para el acceso de minusválidos en el mismo paseo marítimo de El Palo. «Anoche mi suegro minusválido en silla de ruedas se cayó por la rampa que hay frente al bar Varadero», denuncian.
Contenedores: sucios y malolientes
Tampoco resulta agradable el mal olor que desprenden y la suciedad que acumulan muchos contenedores de basura en la misma zona del paseo marítimo de El Palo, en calle Banda del Mar y alrededores. Una vecina se queja de ello y dice que deberían limpiar a fondo los recipientes pues en la zona hay muchos bares y sueltan desechos de pescado.