«La casa de la esquina es mía, la tengo en venta. ¿Quieres creer que no puedo entrar en ella desde hace seis meses?, me la han dejado aislada. Vienen a verla y no puedo entrar», lamenta Juan Antonio Castro, expresidente y fundador de la asociación de vecinos de Pedregalejo. Está a un lado del arroyo de los Pilones, que desde el 14 de noviembre, pese a que sólo lleva agua algunos días al año, es imposible cruzar.
Unas obras municipales para rebajar el cauce tienen la culpa, y aunque sólo se trata de algunas decenas de metros –el tramo final del arroyo desde la calle Bolivia hasta la playa– llevan ya cinco meses de esta zona manga por hombro y para desesperación de los vecinos, con las obras paralizadas «desde antes de Semana Santa», explica Adolfo Delgado, vocal de Urbanismo de la asociación.
«Es la arteria principal del barrio, una obra de 50 metros y lleva cortada casi seis meses, es para que se le caiga la cara de vergüenza al Ayuntamiento», destaca Antonio Soto, también de la asociación de vecinos.
Escoltado por vallas, el arroyo de los Pilones se ha convertido en una barrera y por tanto en una molestia para los vecinos. «Vivo enfrente y para entrar en mi casa tengo que dar toda la vuelta, así estamos desde que empezó la obra», comenta Cristina Expósito. Su madre, Valentina Méndez, añade que ha tenido que atar «veinte veces» una valla instalada en el puente, en la calle Bolivia, «porque la gente salta, la tira y por la noche entran los gamberros».
Valentina lamenta también que las obras hayan dejado una grieta en la parte baja de su casa «y tenemos humedades, por ahí entran bichos y hemos tenido que poner un metro de celosía», detalla.
El vocal de Urbanismo, Adolfo García, recuerda que la obra del arroyo estaba presupuestada en 99.999 euros y se emprendió tras una petición vecinal: «Tras las inundaciones de 2010 y 2012 le dijimos al Ayuntamiento que había que bajar el cauce».
Sin embargo, al iniciarse los trabajos surgieron necesidades no contempladas, destaca: «Se observa que la red de agua es ilegal porque es de fibrocemento y hay que meterla de hierro fundido, después aparece Endesa, arquetas nuevas y llegamos al final con que no hay presupuesto».
En febrero de 2016, todavía con las obras en marcha, la asociación de vecinos de Pedregalejo transmitió al Ayuntamiento en una carta el «malestar vecinal»por algunas carencias en la obra: «Había que actualizar la barandilla y también un tramo de la rampa con calle Bolivia, porque el hormigonado nuevo no cubría toda ella», señala Adolfo García.
A su lado está Manuel Lorente, un veterano vecino, que está seguro de que con un problema similar en El Palo «la gente se habría tirado» para protestar por este parón.
Por su parte, el presidente de la asociación de vecinos, Antonio Delgado, lo tiene claro: «El Ayuntamiento no tiene vergüenza».
Ayuntamiento. El concejal del Málaga Este, Julio Andrade, respondió ayer a los vecinos y señaló que aunque la obra se paralizó y no se pudo reanudar, «porque la reanudación estaba vinculada a un nuevo presupuesto, ya tenemos los presupuestos aprobados y será la primera de las actuaciones que reanude la Gerencia de Urbanismo», subrayó y si bien precisó que no sabía la fecha exacta dijo que «la obra puede empezar en cualquier momento