Y todos tan felices, unos más que otros. Algunos reconcomidos por alguna razón secreta que harán pagar a sus compañeros y compañeras . . .todas juntas. Pero en fin.
La legislatura ya ha iniciado su andadura, sin grandes expectativas, por mucho que se invoque al diálogo, con la idea camuflada de que habrá que aguantar desde el poder porque nada volverá a ser cómo habíamos imaginado, ¡ilusos!, que podría llegar a ser.
Súbditos más que ciudadanos, o ciudadanos que decidieron plegarse a los imponderables, faltos de la rabia y la indignación, a expensas de la inercia que deje todo pudrirse, mientras se afiance una reforma laboral injusta, donde el 93% de los empleos son temporales, precarios, mal pagados, aunque se niegue esa realidad, en un feudo o en otro de quienes quieren desesperadamente su poder, su chiringuito, su habilidad clientelar para vivir sobre el miedo y la insolidaridad.
Prestos pues a seguir practicando "esa política" alejada de una sociedad de a pie que ha de arreglárselas cómo sabe hacerlo, a duras penas, rampando, en negro, por nada o muy poco, mientras la desigualdad se dispara y se admite, en plena resignación trufada del pelotazo soñado, de la rapiña consentida, de la trapacería que acabe por hundirnos un poco más, siquiera moralmente.
Recuerdo que en el servicio militar, los jefes y oficiales de la milicia, unos más que otros, acudían a la tropa y sus destrezas, según especializaciones, si eran albañiles, o mecánicos, o ebanistas, o carpinteros, o pintores . . . para que les hicieran chapuzas mayores o menores, por la "patriótica" cara, para que luego les premiasen con "unos días de permiso" y . . . ¡tan felices! . . . los ganapanes agraciados por la generosidad del poder instalada en el desahogo.
Pero en fin, deberemos estar de enhorabuena, con el nuevo presidente presto ¿al diálogo?, bueno, con sus reformas intocables, a expensas de algunos retoques que entretengan al personal y a cierta oposición reconcentrada en sus propios problemas, con otra cierta oposición muy entregada a la causa de haber devuelto sus votos a ¿sus legítimos dueños?, o así nos lo creemos algunos.
Mientras se sabe que el establisment está de nuevo asegurado con la clase política que se ha hecho con las riendas del poder, de nuevo, al servicio de sus señores y amos, encargados de esquilmar, una legislatura más, a los pobres de condición y estado porque habrán de hacerse cargo de lo de costumbre, del despilfarro, de lo que no se recaude, . . . a cuenta de los paganos de la clase de tropa.
Mientras se acusa a los "antisistema", calificados como tales, para que, en todo caso inimaginable lleguen a rozar la responsabilidad de gobierno, ¡o qué se van a creer!.
Habemus pues papa o presidente . . ., baranda de una legislatura en la que tendrá que disimular que dialoga y debate.
Mientras en Andalucía se conforma un discurso salvador . . . desde una oposición fracturada y rota, con un 28,2% de desempleo que a nadie parece importarle mucho, ¿o no?.
Torre del Mar octubre – 2.016