La ampliación de la playa, la creación del parque marítimo y el futuro del restaurante sólo han avanzado sobre el papel, por lo que el inicio de las esperadas obras quedan en manos del futuro Gobierno en Madrid
Para los Baños del Carmen y su entorno es como si el tiempo se hubiera detenido… Indefinidamente. Pasan los años y los vecinos de Pedregalejo, que han liderado la lucha por preservar este espacio frente a la piqueta a lo largo de cuatro décadas, no cesan en recordar que nada ha cambiado: por más que las promesas se sucedan, nunca llega la hora de las obras.
Es cierto que en esta legislatura se han producido avances sobre el papel: hace pocas semanas llegó por fin la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de la ampliación de la playa; por lo que, tras la reforma del proyecto inicial para incluir las imposiciones de este documento, el proyecto estará listo para ser contratado después del verano.
En cuanto al parque marítimo, el Ayuntamiento y Costas ya tienen definido el diseño, aunque la segunda todavía no le ha dado el visto bueno final, después de meses de espera. Y sobre el edificio histórico, la Junta casi tiene listo el expediente para protegerlo como Bien de Interés Cultural (BIC), que permitirá tramitar la concesión definitiva y definir su rehabilitación como monumento.
Pero lo cierto es que en ninguno de estos frentes han comenzado los trabajos sobre el terreno, que ya están de nuevo en la lista de las prioridades de inversión en la capital malagueña para el futuro Gobierno (cuando se forme) en Madrid. Así se encuentra cada una de las fases del Plan Especial de los Baños del Carmen.
Las obras planteadas para los Baños del Carmen
Nueva playa
Playa actual
Espigón semisumergido
Calle Bolivia
Restaurante Balneario
Simulación del proyecto de la playa de los Baños del Carmen
Espigón sumergido
Parque de ejercicios del Morlaco
Rehabilitación de la portada
Rehabilitación de la fuente
Rampa de acceso a
calle Bolivia
Conexión con el paseo marítimo de Pedregalejo
ALBA MARTÍN CAMPOS
Elaboración propia con base en los proyectos del Ministerio para la Transición Ecológica
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La playa
Pendiente de adaptar el proyecto, que se podrá licitar a partir de septiembre
La regeneración de la playa de los Baños del Carmen se remonta a 2015. En 2017 se intentó un procedimiento ambiental rápido, que no se admitió, y desde marzo de 2020 hasta el pasado mayo (tres años) ha estado el expediente en la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental. La publicación de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA) da luz verde definitiva a uno de los proyectos históricos para aumentar la zona de baño en el entorno del balneario.
El presupuesto inicial es de 3,3 millones (aunque con las exigencias de la DIA se irá a unos cuatro millones) y la previsión de Costas es que las obras se licitarán a partir de septiembre, con un plazo de ejecución de unos nueve meses, según los datos que figuran en el proyecto de ejecución. Por tanto, deberá estar lista tras el verano de 2024.
El objetivo es crear un gran arenal sobre la pequeña caleta actual al lado del restaurante, hacia la punta de El Morlaco. Para ello, se ha autorizado la construcción de un espigón de 193 metros que saldrá desde El Morlaco, con un tramo inicial emergido y otro oblicuo sumergido, de norte a sur, formando una especie de ‘V’ abierta. La plataforma estará preparada para la colonización por especies marinas. Posteriormente, se llevará a cabo una recarga de arena con un volumen de unos 74.000 metros cúbicos, con lo que el arenal alcanzará un ancho medio de 37 metros, 27 más que la actual.
El proyecto se está ajustando ahora en la Demarcación de Costas conforme a la Declaración de Impacto Ambiental, según explica un portavoz de la Subdelegación del Gobierno en Málaga. Especialmente, en lo que tiene que ver con la granulometría de la arena, que tendrá que ser de un tamaño mayor para que no produzca turbidez en el agua, de manera que se respete la fauna y la flora del roquedal que rodea la terraza del restaurante. Una vez que el proyecto recoja las observaciones de la DIA (para lo que se ha marcado de plazo el verano), ya no habrá ningún obstáculo para licitarlo.
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El parque marítimo
El Gobierno todavía no ha dado el visto bueno al proyecto del Ayuntamiento
En realidad, la ampliación de la playa es la única fase que tiene un horizonte despejado. Al llegar al parque marítimo, la cosa se complica. La propuesta elaborada por un grupo de profesionales, por encargo de la Gerencia de Urbanismo, para los terrenos del bosque de eucaliptos que formaba el antiguo ‘cámping’, contempla un paseo junto al mar, varios miradores, la plantación de 210 árboles, la prolongación del carril bici y la conexión con el barrio de Pedregalejo, para lo que habría que mover el astillero Nereo de su sitio actual.
El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, admite que ha habido avances para consensuar el parque con la administración central, «pero desde diciembre de 2022 el Ayuntamiento está pendiente de la respuesta definitiva de la Dirección General de Costas, que es el paso fundamental», advierte. «Ha faltado interés suficiente en un proyecto que es de ciudad, no sólo para el distrito Este», comenta el regidor, y añade: «Hay un consenso pero hace falta ese paso definitivo de la administración central para aprobar el proyecto y luego poner en marcha la ejecución».
Otra duda recurrente sobre esta actuación es la que tiene que ver con la financiación. «Nosotros lo tenemos comprometido en nuestro presupuesto y hemos ofrecido el 50% del coste», indica De la Torre. Por parte de la Subdelegación del Gobierno, un portavoz admite que la Dirección General de Costas está ultimando la resolución definitiva, y espera que esta llegue en cuestión de pocas semanas. «El proyecto lo redactó la Gerencia de Urbanismo y está pendiente de la supervisión», reconoce, al tratarse de unos trabajos que se ejecutarán dentro del dominio público marítimo-terrestre. La cuestión del presupuesto no está cerrada, pero Costas no se cierra a participar en la financiación de unas obras que se tasaron inicialmente en 6,8 millones, aunque esta cifra incluye la restauración del edificio, que es uno de los puntos donde hay discrepancias.
La asociación de vecinos de Pedregalejo lleva cuatro décadas reivindicando a los sucesivos gobiernos que este espacio se convirtiera en una zona verde de uso ciudadano, y ahora que se ve más cerca, el principal problema es la falta de información. «Desde que vimos el proyecto básico, no sabemos nada más», se queja su presidenta, Gema Delgado, quien recuerda las alegaciones que hicieron sobre la vegetación, aunque tampoco sabe si se han tenido en cuenta. «No queremos tantos eucaliptos y palmeras sino más especies mediterráneas, que tienen menos mantenimiento».
El colectivo ha solicitado una reunión a Costas para que les explique cómo quedará el parque, pero tampoco han tenido respuesta. «No tenemos información, seguimos a la espera de que nos digan qué se va hacer allí, cómo y cuándo, pero no sabemos siquiera si el proyecto será todavía como nos los contaron al principio».
Adolfo García Gálvez, histórico dirigente del colectivo vecinal, hace una reflexión: «Como siempre en la historia de los Baños del Carmen, en los momentos decisivos hay unas elecciones por medio, y al que llega le coge con el pie cambiado, revisa los presupuestos y eso causa continuos retrasos», se lamenta.
Sobre el parque, coincide en denunciar que ningún vecino conoce todavía el proyecto de ejecución definitivo: «Nadie tiene una idea de cómo será realmente, los ciudadanos desconocemos cómo es el proyecto y de qué elementos consta… A nosotros como asociación que lleva décadas luchando, como mínimo, nos tendrían que informar». En cualquier caso, García Gálvez exige que ante un posible cambio de gobierno, los nuevos «no pongan el contador otra vez a cero, sean del bando que sean».
Preguntado por las quejas vecinales, el alcalde asegura que se ha consultado con estos las soluciones ecológicas de las especies que se plantarán, y además se ha hecho un estudio histórico para darle garantías de conservación. «Lo que hace falta es que la administración central no considere esto una cosa más, sino un proyecto importante».
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Nereo
La Junta tiene que resolver de una vez si el astillero se puede cambiar de sitio
Estrechamente unido al capítulo anterior está la cuestión del astillero Nereo. Esta patata caliente, que es casi tan antigua como el propio conflicto del balneario, está en manos de la Delegación de Cultura de la Junta, un organismo tiene que resolver un tema que no es sencillo, pero sí crucial para el futuro de todo el entorno. Se trata de determinar si la actividad de carpintería de ribera, que está protegida por una sentencia judicial, se tiene que hacer obligatoriamente en el sitio actual (lo que supondría la protección también del espacio); o por el contrario, es posible llevarla a cabo en cualquier otro punto de las playas de Pedregalejo.
De ello depende la conexión del barrio con el futuro parque marítimo, que ahora mismo está pintada en la franja litoral que está ocupada por el taller. La resolución sobre Nereo es por tanto un punto clave, pues si la Junta resuelve que no se puede mover, habrá que cambiar esa parte de la intervención. Además, hay que recordar que el nuevo título de concesión, llegado el caso, lo dará la Delegación de Desarrollo Sostenible, por lo que la pelota en este caso está en el tejado de la Junta.
De entrada, Cultura ha aceptado la alegación de Nereo en el expediente del BIC de los Baños del Carmen, que contemplaba una parcela para ellos (con su nombre) dentro del futuro parque. Ahora, ese espacio se podrá destinar a cualquiera que haga esta u otras actividades (y no sólo a esta empresa), según explica Gemma del corral, delegada de Turismo, Cultura y Deportes de la Junta. «Hay más talleres que hacen carpintería de ribera, y en el expediente vamos a hacer un diagnóstico de todos los que se dedican a reparar y construir jábegas en las playas de Pedregalejo, que es el Bien Etnográfico que está protegido».
Este estudio formará parte del expediente necesario para dar respuesta a la sentencia que en su momento determinó la protección de la actividad, y que ordenaba a la Junta que decida sobre la posible existencia de una zona concreta protegida en el litoral para la carpintería de ribera, que se puede corresponder (o no) con la ubicación actual del astillero. «Ese expediente es el que tenemos que impulsar ahora», explica la delegada, y admite que el que se ha hecho para el BIC de los Baños del Carmen «no solventa» esta cuestión.
Por tanto, el hecho objetivo es que a día de hoy no se puede desalojar ni derribar el astillero Nereo, porque falta este paso autonómico; y por lo tanto tampoco está resuelta la conexión de la futura zona verde con Pedregalejo. Del Corral advierte de que este es un expediente «complejo» y se compromete a impulsarlo en las próximas semanas, para dejarlo resuelto «lo antes posible». La delegada mantiene la mano tendida a los titulares del negocio para que acepten la oferta de las instituciones y se trasladen a la parcela prevista para equipamiento dentro del recinto, con lo que dejarían el pasillo necesario para conectar el paseo marítimo. «No se pretende echarlo abajo, lo único que se pide es girar el astillero».
En todo caso, la delegada anima a buscar salidas administrativas para compaginar el inicio de las obras del parque con la solución de este escollo. En la misma línea, el alcalde de Málaga aboga por llegar a «una solución de consenso con la empresa», para que la conectividad del paseo con el balneario sea «más fácil y segura», y donde se propicie el traslado de la actividad a una zona que permita esa conectividad.
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Restaurante
La declaración como Bien de Interés Cultural abre la puerta a la rehabilitación del edificio histórico
El cuarto pilar del conjunto es el restaurante El Balneario, que ahora mismo funciona en virtud de una resolución de la Junta con autorizaciones temporales. La situación de indeterminación general en torno a este edificio, unido a la falta de claridad sobre su nivel de protección, han hecho que todavía no se haya puesto sobre la mesa la fuerte inversión necesaria para rehabilitarlo.
Este escenario cambiará en breve, una vez que se complete la declaración como Bien de Interés Cultural (BIC), que está en su fase final. Damián Caneda, uno de los socios, explica que por el momento siguen con las prórrogas, aunque no esconde el interés del grupo de empresarios por hacerse con la concesión definitiva, momento en el que se programarán los trabajos necesarios para remozarlo.
«Seguimos haciendo mejoras pero nos gustaría conseguir la concesión definitiva, para tener la estabilidad necesaria para poder acometer trabajos de un calado mayor, dentro de que es un BIC, por lo que el presupuesto estará en función del proyecto que nos plantee la Junta y nos ceñiremos a lo que nos digan», comenta el empresario. «Nos gustaría combinar la modernidad con el encanto clásico del balneario, porque a la gente le gusta con sus peculiaridades».
En cuanto a la marcha del negocio, Caneda destaca: «Los malagueños se sienten orgullosos, como si fuera un poco suyo; ahora, además de tener buenas vistas comes bien, algo que no se podía decir antes; Adolfo (Adolfo Jaime, el veterano restaurador que está al frente del negocio) le ha dado una impronta de calidad, una marca propia; tenemos mucho trabajo y estamos muy contentos de lo que hemos hecho aquí».
El balneario genera actualmente unos 70 puestos de trabajo indefinidos, más los refuerzos puntuales, «con una apuesta por la calidad gastronómica malagueña, que no se orienta al público extranjero; este es un sitio y una carta enfocada para los malagueños, y muchos visitantes vienen de la mano de nuestros clientes habituales, porque se sienten parte de ello».
Ninguna administración se opone a la continuidad del negocio y de sus titulares actuales, si bien la única apostilla la ponen desde la Subdelegación del Gobierno, cuando aclaran que el pronunciamiento de la Dirección General de Costas, que está pendiente, pretende, entre otras cuestiones, dejar claro que el edificio del restaurante –en la medida en que es una concesión privada– tendrá que ser rehabilitado por el Ayuntamiento o por los concesionarios; pero el Ejecutivo central no participará en esa parte de los gastos.