Sin aire acondicionado en el mercado del Palo y a 36 grados: “Esto parece un invernadero”

El Ayuntamiento asegura que el sistema de climatización necesita un control de legionella

Los comerciantes denuncian que los productos se conservan peor y resisten menos por las altas temperaturas

El mercado municipal del Palo tiene el sistema de aire acondicionado instalado, pero a fecha de hoy, y desde el verano pasado, no funciona. Los comerciantes denuncian que, más allá de las altas temperaturas que tienen que sufrir tanto ellos como los clientes, los productos se conservan peor. Ante estas quejas, el Ayuntamiento ha asegurado que el retreaso se debe a la necesidad de llevar a cabo un tratamiento preventivo para controlar la legionela en el sistema de climatización. Además, ha señalado que ha habido un cambio reciente en la plataforma de gestión de contratos de este tipo y ha tenido que ser reajustado.

“Esto es terrible, no se puede soportar, el aire debería llevar puesto ya más de un mes”, asegura María Barba, encargada del puesto Ultramarinos Maruchi. La comerciante explica que otros años, incluso en el mes de mayo, ya contaban con climatización. María y sus compañeros tienen que soportar el calor durante sus jornadas laborales y ver cómo éste se intensifica a medida que va transcurriendo el día. “Aquí lo estamos pasando mal, de verdad, no se puede trabajar en estas condiciones”, afirma Carlos, encargado del puesto Fruterías Chacón.

Debido al descontento común, los trabajadores se han organizado para intentar ponerle una solución. Desde hace meses, varios de los comerciantes se han unido para intentar que el Ayuntamiento les proporcione una solución cuanto antes. Juani, dueño de Fruterías Juani, es uno de los integrantes de este grupoque lleva la voz de los comerciantes. Desde abril, está intentando contactar con el Consistorio junto a Francisco Gaitán, jubilado que ha dedicado 50 años de su vida a su puesto de pescadería en el mercado de la barriada.

Otra de las desventajas que los comerciantes están viendo a causa de esta falta de aire frío es la disminución en la afluencia de compradores. Un público que cada vez está más adaptado a las grandes superficies y que cada vez tiene menos en cuenta la alternativa tradicional. “Por el calor viene menos gente a la terraza de la marisquería”, afirma Carmen, trabajadora de este local con terraza en el mercado. Un ambiente que para Gaitán está “bastante tenso” y en el que ha escuchado a sus compañeros expresar la idea de manifestarse para encontrar la solución a este problema que ahora es parte de su día a día.