La pequeña gran historia del barrio de El Palo

José Antonio Barberá y Antonio Rodríguez ‘Falele’ publican, gracias a muchas horas de entrevistas y búsquedas en archivos, el libro ‘El Palo. Una historia de esperanzas y realidades’, con datos inéditos e historias curiosas como los intentos en el XIX por independizarse de Málaga capital.

Alfonso Vázquez

Alfonso Vázquez

En 1753, en el famoso Catastro del Marqués de la Ensenada, aparece, con la grafía de la época, el ‘bentorrillo’ (sic) de El Palo, regentado por Francisco Bresco y su mujer, María Baena, quienes vivían con sus hijos Francisco y Juan. 

Este dato, el primer registro histórico del que se tiene constancia de una venta con el nombre de El Palo, es una de las muchas sorpresas del libro ‘El Palo. Una historia de esperanzas y realidades’, que acaban de publicar en Ediciones del Genal José Antonio Barberá y Antonio Rodríguez ‘Falele.

Página del censo de El Palo de 1800.

Página del censo de El Palo de 1800. / ARCHIVO MUNICIPAL DE MÁLAGA

Como contó la semana pasada en la presentación de la obra el primero de ellos, José Antonio Barberá, nacido en calle Los Mártires en 1947; su «enamoramiento» por El Palo y el afán por investigar sobre este histórico barrio le vino de una conferencia sobre los barrios de Málaga, a la que asistió hace 40 años. «El conferenciante habló de todos, exceptuando El Palo. Finalizada la charla, le pregunté por qué no lo había mencionado, y me contestó: ‘Porque no tiene historia’». 

José Antonio Barberá ha demostrado con creces que el conferenciante estaba muy errado, porque, desde 1995 hasta la actualidad, ha publicado dos libros sobre El Palo como coautor y otros dos en solitario. «La lógica me daba a entender que algo de historia debería tener la tierra que, en las Reparticiones de los Reyes Católicos, aparece como las Viñas del Valle de Miraflores, un valle que nace a los pies del Monte San Antón, cuna de antiguas civilizaciones», argumenta.

Unión de tres fotos con el Colegio del Palo, la Parroquia de las Angustias y la calle Villafuerte, con el Monte San Antón al fondo.

Unión de tres fotos con el Colegio del Palo, la Parroquia de las Angustias y la calle Villafuerte, con el Monte San Antón al fondo. / ARCHIVO MUNICIPAL DE MÁLAGA/ELABORACIÓN DE ANTON OZOMEK

Como subrayó en la presentación el doctor en Historia Javier Ramírez, autor del epílogo del libro, la obra hace posible que los paleños cuenten con «un retrato eficaz y pormenorizado de su historia, pero no de la que cuentan los historiadores académicos que están allí, al otro lado, sino una historia que nace del propio barrio».

Da constancia de ello el coautor Antonio Rodríguez ‘Falele’, paleño de 1945 y expresidente de la asociación de vecinos, quien, también en la presentación desveló que, aparte de en archivos, también han contado con «las charlas con personas de las antiguas familias».

Calle Real, jóvenes paleñas con cántaros, camino de la fuente.

Calle Real, jóvenes paleñas con cántaros, camino de la fuente. / ARCHIVO ASOCIACIÓN DE VECINOS DEL PALO

Gracias a este trabajo conjunto, los autores ofrecen un enorme fresco histórico que inician con los primeros restos arqueológicos, pasa por sus antiguas viñas y haciendas y llega hasta la actualidad, con un barrio que se ha ganado a pulso sus infraestructuras y equipamientos, gracias, la mayoría de las veces, a la lucha vecinal.

Como recuerda Falele, por el libro desfilan comercios e industrias del presente o el pasado como «La Posada, La Lonja, la Gaseosa La Paleña, El Retiro o la fábrica de fideos». También aparecen los autores con José Acosta, para visitar la antigua fábrica de Conservas Acosta, con el freidor original, en un barrio que fue famoso, precisamente, por sus industrias conserveras.

Antonio Rodríguez ‘Falele’ y José Acosta, en el interior de la fábrica de Conservas Acosta, junto al freidor original.

Antonio Rodríguez ‘Falele’ y José Acosta, en el interior de la fábrica de Conservas Acosta, junto al freidor original. / ARCHIVO AUTORES

Y en el libro se deja notar la especificidad del Palo, porque, como destaca Falele, «desde sus orígenes nació y creció apartado del núcleo central de la población malagueña, con la desatención que conlleva, en todos los aspectos, no haber estado pegado a sus murallas»; algo que, de alguna manera hizo al Palo diferente, incluso ‘en su hablar’».

Los intentos de segregación

Justamente, la desatención del barrio fue lo que empujó en 1835 al gobernador civil a pedir un «maestro de primeras letras para la barriada». No parece casualidad que, ese mismo año, una representación de vecinos (Melchor Román, Francisco Román y Francisco José Gambero) presentara a ese mismo gobernador la petición de segregarse de Málaga, al contar El Palo con más de 250 vecinos. El Ayuntamiento contestó que, por sus pocos habitantes y medios, «ni tienen ni pueden sostener médico, boticario, ni maestro de letras…».

José Moreno, último alcalde del barrio, entrega un bastón de mando al concejal Alberto Blanco.

José Moreno, último alcalde del barrio, entrega un bastón de mando al concejal Alberto Blanco. / ARCHIVO ASOCIACIÓN DE VECINOS DEL PALO

La petición se reiteró en 1842 y 1849, año en que el Ayuntamiento realizó una votación, a la que acudieron pocos votantes (57 de más de 300) y la segregación no cuajó.

Resulta imposible resumir esta magna ‘enciclopedia histórica’ del Palo de más de 500 páginas, en la que José Antonio Barberá y Antonio Rodríguez Carmona, ‘Falele’, no han dejado resquicio sin cubrir: padrones del pasado, fuentes, plazas, paleños ilustres, las casas de la playa, la evolución urbanística del barrio, sus equipamientos y actividades culturales, cenacheros paleños, el flamenco en el barrio, los logros vecinales…

Derribo del ‘muro de la vergüenza’ en las Cuevas, El Palo, en 1983.

Derribo del ‘muro de la vergüenza’ en las Cuevas, El Palo, en 1983. / ARCHIVO ASOCIACIÓN DE VECINOS DEL PALO

En este último apartado se enmarca el episodio, consignado en el libro, del derribo en 1983, gracias a la presión de los vecinos, del llamado ‘muro de la vergüenza’, que separaba el barrio humilde de las Cuevas de la urbanización Miraflores del Palo. Como recuerda esta obra, la asociación de vecinos «tuvo la delicadeza de obsequiar con ramos de claveles a tres ancianas que, resignadamente, habían soportado el muro ‘de la vergüenza’, hasta ese mismo día».

  • El Palo. Una historia de esperanzas y realidades’ es una aportación imprescindible para conocer mejor este barrio con alma de pueblo, entre las antiguas tierras de viñas y el mar, que sigue demostrando que está cargado de historias.