A NUESTROS POETAS. . .

Nos hablan al oído los poetas

que soñaron y amaron,

los poetas sobre los azulejos

que habrán de agrietarse

en el olvido,

en el remanso de la ternura

acurrucada, en el recuerdo

enmarañado de los versos

que caen como aguacero,

de los poetas muertos,

de los poetas que fueron,

de los poetas que amaron y

rieron hasta dejarse acariciar

por los sueños que les dictaban

versos y caricias,

en el silencio de la soledad

enamorada

de la pasión y la vida,

con los poetas tan cerca de nosotros,

frente a la mar que amaron,

frente al deseo que hechizaron

a la intemperie de sus palabras

y sus versos, prendados

de las miradas encendidas

de vida y pasión,

como ahora, como siempre

que somos capaces de emocionarnos,

de sentirnos más cerca de nuestros poetas

que supieron,

que quisieron

dejarse prender . . .

del relente adormecido. . .

al son repetido, eterno. . .

del oleaje que acudía a dejarse

mecer. . .

al atardecer de los sueños humedecidos,

incumplidos, por volverse a dejarse soñar

frente a los versos de nuestros poetas. . .

inolvidables.

 

  Torre del Mar 5 – diciembre – 2.013