Ciertamente no creo que el fulano esté a la altura de un Marqués de Sade o de un Sánchez Dragó en cuanto a calidad de ideas; pero estoy convencido de que representa el sentir auténtico de un alto porcentaje de hombres en este país que tal vez olviden que tienen madres (¿con olor a ácido úrico?). Tratar a las mujeres como carne fresca, tersa y como puro receptáculo seminal contribuye a fomentar una ideología que las asesina cuando, por ejemplo, huelen a ácido úrico (por cierto, algunos hombres también solemos oler a ácido úrico llegados a cierta edad). Uno, desde su dimensión más instintiva y animal puede, incluso, entender el “sentir” del tal colaborador de Telemadrid. Pero en una televisión pública, en presencia de escolares, hay que ser más prudentes a la hora de expresar “sentires” y no hablar en términos de tratantes de ganado. Entre otras razones, porque somos algo más que animales; porque podemos tener hijas y porque para manifestar admiración por el cuerpo joven femenino hay muchas más expresiones que las viles y soeces, aunque provengan de un miembro de la élite de “opinadores” de este santo país.
Antonio Caparrós Vida
