Recuerdo, que cuando yo cumplía con el mal llamado servicio a la patria, nada menos que dieciocho meses vestido de marinero entregado a la arbitrariedad de unos mandos torpes y bastos, algunos de mis compañeros se deshacían en elogios ante sus jefes, que por la cara, les habían “colocado” en sus intereses particulares como albañiles, pintores de brocha gorda, tapiceros, electricistas, profesores particulares . . . y ahora “les pagaban” con una propinilla algo generosa o un fin de semana de permiso. ¡Y tan felices! . . . y tan agradecidos que casi terminaban por reconocer a sus jefes como desprendidísimos próceres inmerecidos por . . . la clase de tropa.
Pues de eso se tratará ahora y uno de tras de otro somos capaces de comprender y aceptar la cantidad de renuncios que, nuestra abnegada clase política en el poder, ha tenido que ir aplicando hasta dejarnos a dos velas sin derechos laborales, con la educación y sanidad públicas en ruinas, un desempleo galopante e insuperable. . .como para que ahora demos gracias por cualquier mierda que nos echen encima. . .
En el gran año del repunte extraordinario del turismo en la Costa del Sol. . .Un camarero en jornadas de 12 horas cobrará a final de mes una nómina de 500 euros . . . ¡Y contento!
Y entonces esa será la tarea del recién nuevo curso político, con un desparpajo cruel y burdo, salvo el forúnculo de Bárcenas, la Gürtell y otros chanchullos del estilo, embadurnar de melaza empachosa cualquiera buena noticia que puedan vender con eco multiplicado.
Para que nadie se acuerde de los logros perdidos para siempre, de los derechos ganados con tanta sangre y sudor, ahora que el pueblo español va a levantarse, en las peores condiciones, con el espíritu de su propio instinto de supervivencia, para que vuelvan a echarse sobre ese pueblo aterido y sufriente los espantajos que han devastado el erial que ahora habrá que ir reconstruyendo, incluso a pesar de ellos.
Así pues el proceso de amortización de los daños tomará cuerpo lentamente, muy lentamente, en un intento desesperado pero plausible para que vuelvan a renacer, de sus inmundicias, los dañinos que se plegaron a “la voz de su amo” para dejarnos “en cueros”. . . literalmente . . . ahora que dicen que ya hemos tocado fondo y que solo nos tocará remontar. . .
Solos, sin derechos, prácticamente, desposeídos, dejados a nuestro desvalido esfuerzo.
Torre del Mar 26 – agosto – 2.013