Los casos de abandono escolar prematuro que se registran en Andalucía (dato extrapolable a la provincia de Málaga), son el doble de los registrados en los países de la UE, según los datos de varios informes publicados recientemente. El nivel de formación se considera fundamental debido a los efectos positivos para el progreso de la persona y de la sociedad en la que se encuentra. Por ello, las elevadas tasas de abandono escolar que se mantienen en España, y en particular en Andalucía, siguen siendo uno de los puntos negros del sistema educativo.
La proporción de alumnos que no llegan a acabar sus estudios en España es del 31,7% de los matriculados, muy lejos del resto de países de la UE (sólo Malta y Portugal tienen menos jóvenes que han acabado la Secundaria). En esta asignatura pendiente, Andalucía sale aún peor parada y se hallaría en el furgón de cola de las comunidades con un menor índice de estudiantes que se mantienen dentro del sistema, sólo por delante de Ceuta y Melilla.
Diferencias territoriales. El informe, elaborado por el Instituto Nacional de Evaluación y Calidad del Sistema (Inecse), dependiente del Ministerio de Educación, señala notables diferencias territoriales. Mientras que el País Vasco (12,7%) obtiene los mejores resultados, en Andalucía casi cuatro de cada diez jóvenes (36%) de entre 18 y 24 años han abandonado sus estudios sin haber logrado el título de graduado en ESO.
Los datos que se ofrecen desde la Consejería de Educación son sensiblemente distintos. Se basan en el anuario `Las cifras de la Educación en España´. Según la Junta, el número de alumnos que consiguieron titularse en el curso 2004/05 ascendió al 77,4% de los matriculados en cuarto de Secundaria, datos muy parecidos a la media nacional, pero aún distantes de los europeos, ya que el 23% seguiría sin acabar la ESO.
Estas cifras demuestran cómo el número de titulados en Andalucía ha ido incrementándose, de forma progresiva, desde el curso 1996/97, cuando sólo el 69,8% de los alumnos lograba graduarse.
Fuentes de la Consejería de Educación insistieron en desvincular los casos de abandono del sistema educativo con el fracaso escolar, si bien admitieron que entre los objetivos de la futura Ley de Educación de Andalucía (LEA) se encuentra aumentar el porcentaje de alumnos que continúen con sus estudios una vez aprobada la Secundaria, a través de la Formación Profesional o del Bachillerato, para incrementar así también el número de universitarios.
Objetivo de la LOE. La LOE persigue el mismo objetivo. La ministra, Mercedes Cabrera, ha subrayado en más de una ocasión su preocupación por el abandono escolar prematuro que reflejan estas cifras, por lo que con la nueva ley "hemos tratado de introducir la mayor flexibilidad en la ESO", dijo al inicio del curso escolar, el pasado mes de octubre.
La reciente propuesta del Ministerio de Educación de permitir la promoción de curso a los alumnos de primero de Bachillerato, aunque sólo hayan aprobado la mitad de las asignaturas, es una medida que, de igual modo, pretende disminuir las tasas de abandono. Este curso `puente´ adelanta el sistema que funciona en la Universidad, y que permite a los alumnos adaptar los estudios a sus necesidades.
Gonzalo Guijarro, responsable en Málaga de la Asociación de Profesores de Instituto de Andalucía (Apia), atribuye estas cifras negativas al fracaso del sistema educativo. El profesor considera que el abanico de propuestas académicas es muy reducido y no atrae a los estudiantes. "A esta edad, los alumnos ya saben lo que quieren y hay que tenerles en cuenta y dejarles escoger. Si se les ofrece un único camino académico, surgen los actos de rebeldía propios de los adolescentes", dice.
Desde el Partido Popular se incide en esta situación que, según asegura Santiago Pérez, portavoz de Educación del PP en el Parlamento Andaluz, pretendía corregir la LOCE, la ley de Educación promulgada en el Gobierno de Aznar. "La política educativa de la Junta no combina calidad e igualdad de oportunidades. Ofrece café para todos", aduce Pérez, quien rechaza que la Ley de Calidad quisiera apartar del sistema a los alumnos con peor rendimiento académico. "Todo lo contrario. Lo que los aparta es el sistema actual, como reflejan los datos de abandono", concluye.
LA OPINION DE MALAGA