Canícula de pena y sangre sobre la tierra
reseca, sobre la tierra sudada de esfuerzo
y hambre, de sueños tronchados,
de explotación inhumana y vil,
canícula de la memoria de la desmemoria,
canícula del crimen consentido,
de la vergüenza desatada, del crimen legal
y oficial, en el olvido impune
y letal, canícula de la desesperación
del llanto seco sobre el surco amargo
de la derrota . . .
no perdonada, en el odio alimentado
de odio.
Canícula de julio ardiendo sobre los campos
yertos, ávidos de manos y puños agrietados
sobre la piel de arcilla y desesperanza,
en el tiempo inmemorial de la injusticia
social que no ceja en su odio, en su empeño
por vencer sobre la desigualdad
que avanza . . . hacia el abismo . . .
que no tiene horizonte,
que no entreve futuro. . .
Logroño julio – 2.015