Aprende a tener paciencia

  1. Mejor humor. Tendrás mejor humor porque estarás menos tiempo enfadado o enfadada.
 
  1. Más tiempo. Evitar riñas significa tener mucho más tiempo. Quizá no te has parado nunca a analizar la cantidad de tiempo que pasas cada día discutiendo con tu hijo o hija adolescente. Y la mayoría de las veces es por cuestiones realmente absurdas.
  2. Mejora la vida de tu hijo. Si tienes paciencia con él o ella su vida va a ser mejor porque tendrá mucho menos tensión en ella.
  3. Mejora la relación de ambos. Menos discusiones y mejor ambiente en la casa significa que inmediatamente mejorar la relación con los adolescentes.

¿Todo el mundo puede ser paciente?

Algunos padres y madres creen que ellos no pueden ser pacientes. Creen que hay personas pacientes y personas impacientes y que eso es inamovible. Pero la realidad no es esa.

Todo el mundo puede ser paciente porque la paciencia puede ejercitarse. Por muy impaciente que seas, por muy frenético o frenética que te ponga tu hijo o hija puedes estar seguro de que eso se puede cambiar. Solo hay que hacer un pequeñísimo esfuerzo y los resultados realmente merecen la pena.

 

 

¿Cómo aprender a ser más paciente?

Primero debes saber que si en los últimos tiempos has sido muy impaciente con tu hijo o hija te va a costar un poquito más. Pero a la vez si estáis pasando una de esas épocas en las que todo se convierte en una discusión dramática debes saber que un pequeño esfuerzo por ser más paciente va a notarse mucho más en vuestras vidas. Así que inténtalo.

Vas a empezar un entrenamiento. Y este entrenamiento tiene dos partes muy diferenciadas. Por un lado tendrás que hacer algunas cosas todos los días y, por otro, debes practicar una nueva forma de comportamiento cada vez que creas que va a comenzar una discusión o cuando esta ya haya empezado.

Todos los días

  1. Toma la decisión de tener paciencia. Todos los días al despertarte debes recordarte que tienes un día entero por delante para ejercitar tu nueva paciencia. Todos los días decide que hoy vas a ser más paciente. Tomar la decisión es un primer paso para serlo.
  2. Ejercita tu sentido del humor. Todos los días, aunque solo sea un rato, ejercita tu sentido del humor. Cuando hables con tus amigos, con tu pareja o con tus hijos sé divertido o divertida. Todos podemos serlo, cuanto más lo somos mejor es nuestra vida. Y además una de las formas de ganar paciencia es tener sentido del humor.
  3. Haz ejercicio. Hacer ejercicio libera a tu cuerpo y a tu mente de tensiones. Y no hay duda de que la tensión, el estrés y el cansancio son los peores enemigos de la paciencia.
  4. Descansa. Por la misma razón, descansa. Si estás cansado serás mucho más impaciente.
  5. Medita. Haz meditación o, al menos, reflexiona durante diez minutos cada mañana. Dedica diez minutos de tu día a pensar cómo quieres que sea tu vida, qué es lo que no quieres en ella y qué es lo que quieres que aumente. Si tienes un hijo o hija adolescente lo más probable es que necesites mejorar tu relación con él o ella. Pienso en esto cada día.

Cuando surge una discusión

  1. Cuenta. Seguro que lo has oído muchas veces y debes saber que contar funciona. Antes de comenzar a discutir o incluso si la discusión ha comenzado ya, apártate y ponte a contar. Hasta diez, hasta cien o hasta el número que necesites. Descubrirás que una vez que te has calmado vuelve la paciencia.
  2. Ríete. Si tu adolescente comienza una discusión contesta con una broma. No utilices bromas hirientes o humillantes porque eso puede empeorar las cosas, busca humor que pueda incluir a tu hijo o hija. Verás que tu actitud le desarma.
  3. Márchate. Si nada de eso te funciona, vete. Sal de la habitación o incluso de la casa. Da un paseo y piensa en otra cosa. Una vez que te hayas calmado estás preparado para hablar con tu adolescente con paciencia.

 

Un mes

Haz todo esto durante un mes. Habrá veces que se te olvidará. Habrá veces que te acordarás de ello cuando la discusión ya haya llegado a los gritos. No importa, no abandones. Pero debes saber que cuantas más veces se te olvide la práctica esta será menos efectiva. Pero si consigues seguirla la mayor parte del tiempo durante un mes entero vas a ver sus resultados inmediatamente. Después de un mes las discusiones habrán desaparecido prácticamente o habrán bajado de tono considerablemente. Y eso no solo es una buena noticia por sí misma, las personas se acostumbran a lo que tienen así que si tu adolescente y tú os acostumbráis a mantener una relación sin discusiones las cosas seguirán siendo así y cada vez con menor esfuerzo hasta que realmente no haga falta ninguno porque habréis entrado en una dinámica nueva que transcurrirá por sí misma