ISABEL PEDROTE – Sevilla – 24/01/2009
Javier Arenas no va a dejar pasar la ocasión. Fue el primero en proclamar que es hora de salir a la calle. Incluso antes que los sindicatos -quienes esperaron hasta ayer para anunciar acciones contundentes al conocerse el dato fatal del cierre de año con 850.300 parados, un 21,78%-, el líder de la derecha andaluza habló ya en la primera semana de enero de una gran manifestación de protesta. Ayer le puso fecha, hora y lugar: será el 15 de febrero, a las 11,00, y en Málaga.
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El popular exprimirá todas sus posibilidades para ganar en 2012
Javier Arenas arrancó esta legislatura con el propósito de exprimir todas las posibilidades de ganar las elecciones de 2012. Y una de ellas es el desgaste del socialista Manuel Chaves por la corrosiva crisis que golpea a Andalucía, aunque se tenga en cuenta el contexto internacional de la catástrofe, ya que los ciudadanos, como se ha visto en las últimas encuestas (la Junta suspende rotundamente), terminan por pasar factura a sus gobernantes más próximos.
La estrategia nacional del PP de Mariano Rajoy -muy rebatida por el ala dura del partido y los medios que la apoyan- es que la victoria electoral llegará por sí sola de la mano de la acelerada erosión económica, que sentenciará de una forma natural el final de la era socialista. Según el sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del pasado octubre, ambos partidos están empatados con un apoyo del 39,7%, aún sin subir nada el PP, porque el PSOE pierde cuatro puntos desde las elecciones.
Pero a Arenas no le vale sentarse a esperar. El deterioro del Ejecutivo de Chaves es insuficiente para salvar el abismo: las encuestas del IESA y el Egopa, de noviembre y diciembre, apuntan que los socialistas volverían a renovar la mayoría absoluta. El aviso con el que el presidente del PP inauguró el reencuentro con Chaves en la escena parlamentaria -"no le voy a pasar ni una"- estaba lejos de la retórica, era un firme desafío. Es su última oportunidad de hacerse con la presidencia de la Junta, según ha reconocido él mismo, y en el congreso regional de septiembre quedó ya marcada la larga precampaña, que ha seguido, en sus primeros pasos, el guión que había escrito Arenas en los dos primeros intentos de sustituir a Chaves (1994 y 1996): orientar la crítica a cualquier acción de la Junta hacia la figura del presidente para horadar de esa forma su perfil.
Una táctica que, al replicarle Chaves con el mismo tono y número de ofensas personales, a punto ha estado de derivar en un conflicto sin retorno. Ahora el desplome de la economía, mucho más brusco de lo que se esperaba, replantea la orientación del plan del PP para aterrizar en San Telmo, al sumar como elemento primordial el conflicto social.
Después de presidir una reunión con cargos provinciales, Arenas aseveró ayer que la situación es de "emergencia", por lo que convocó a manifestarse contra el paro, y también por un gran pacto, idea suya (Chaves ya le ha dicho que no), en el que ha metido -además de a Junta, sindicatos y patronal-, a los partidos y los ayuntamientos, pilares fundamentales de la estrategia para conquistar el poder andaluz. Pese a asegurar que a quién conviene tal acuerdo es a Chaves, no a él, no le importa a brindarle esta ventaja por el "bien de los andaluces". La manifestación irá acompañada de jornadas y publicidad "modesta".
A los jueces los apoya igualmente en sus peticiones, sin condenar la huelga, en contra de lo que dice el PP en el ámbito nacional. La situación es muy grave. Y Arenas está dispuesto a asumir que chirríe el hecho de que sea la derecha (o centro derecha) la que anime a tomar la calle.
Fuente: El País