Kilómetros antes de llegar a Cómpeta por carreteras estrechas y sinuosas, a cuyos lados crecen vides centenarias salpicadas de secaderos de uva pasa, el paisaje se envalentona entre valles, barrancos y cumbres de alta montaña. Desde lo lejos Cómpeta muestra su caserío blanco sobre el cual destaca como una flecha parda la torre mudéjar de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción.
San Antonio es la calle principal del pueblo. Atraviesa la plaza mayor y divide Cómpeta en dos núcleos: el Barrio y el Monte. Recorrida hasta su final la calle deriva en la ermita de San Antón, patrón del pueblo donde se halla un espectacular mirador natural de la comarca de la Axarquía.
Las primitivas villas romanas
El pueblo tiene su origen en primitivos núcleos romanos que establecieron por estos parajes pequeñas villas dedicadas a la agricultura. La civilización árabe fundó el pueblo y todos los que le rodean. De aquellos siglos data el urbanismo intrincado, las calles estrechas y zigzageantes, la esencia de la arquitectura tradicional y el apego por cultivos como la uva pasa.
En 1487 Cómpeta capitula ante los reyes católicos. Eran los años en que las vides compartían la tierra con el olivo, la higuera y la morera para la cría de gusanos de seda. La derrota de los moriscos fue uno de los capítulos más dramáticos de la historia de la población. Nuevos colonos procedentes del norte peninsular se establecieron aquí. Hoy los herederos de aquellos pioneros siguen mimando la historia de su pueblo.
El torreón mudéjar
La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es el monumento principal de la localidad, situada a unos cincuenta kilómetros de la capital. Su estructura data del siglo XVI y en ella destaca su artesonado y su torreón mudéjar. Otros templos de importancia son las ermitas de San Sebastián y San Antón. La primera ocupa el viejo centro urbano. Hoy evoca la arquitectura sencilla del XVIII, toda ella encalada y cubierta por una bóveda semiesférica sobre cuatro pechinas. La ermita de San Antón es también del XVIII, al igual que algunos palacios que aún quedan por el centro del pueblo, próximos a la plaza Almijara, salón de estar de vecinos y foráneos
Fernando de la Torre | Málaga