Haciendo la ola o el ganapán, felicísimos de tanta victoria elegante y sobrada, como no, representados por los nuevos héroes de los tiempos modernos, malabaristas del arte balompédico, del tiqui taca, tan nuestros, con sus 300.000 euros de prima por ganar y por cabeza, para que se sientan recompensados y reconocidos, los ganapanes del “fúmbol” interplanetario, en los tiempos de penuria que acongojan y estremecen.
Pero en fin, que no mal que por bien no venga, cada quisqui con su camiseta roja carmín y su escudo y su bufanda y su banderita, roja y gualda, arrimando el hombro por la economía global, apoquinando cada cual su óbolo solidario, como la de esa madre que se le cambió la cara cuando en la caja de la gran superficie la calcaron 50 euracos, 25 por camisola, y se le crujió la economía familiar, ¡sacrificios los necesarios!, como la de aquella otra que, en plena resaca, al día siguiente fue al quiosco de los periódicos, que prometían, al menos los especializados en cantar gestas deportivas y “fumboleras”, su diario y la camiseta correspondiente con los nombres de los campeones, hasta que descubrió que se habría de conseguir rellenando la cartilla con los cupones más luego unos cuantos euros para redondear el precio, ¿asequible?, ¡qué remedio!, de la camiseta triunfadora, por más menos eurillos que . . . te pueden resquebrajar una economía familiar tambaleante.
En fin, minucias de campeones que no van a ninguna parte, aunque tras la euforia siempre llegue la resaca y el paisaje tras la batalla empape el color de la victoria.
Torre del Mar 4 – julio – 2.012