La declaración del estado de alarma el pasado 14 de marzo ha sumido a Málaga, como al resto del país, en un estado de hibernación económica y productiva sin precedentes, toda una catarsis para el medio natural y un gran caldo de cultivo para la comunidad científica, que implora una profunda reflexión a posteriori.
En el primer mes de confinamiento, la paralización de la actividad ha suscitado una caída del 4,8% de las emisiones anuales de CO2 en Málaga, esto es, unas 147.000 toneladas de las 3.046.000 emitidas en el ejercicio, según indica el Observatorio de Medio Ambiente Urbano (OMAU), en un informe sobre el cambio climático y la calidad del aire tras el inicio de la crisis del Covid-19.
Esto se debe, por un lado, a la drástica reducción del tráfico durante la cuarentena, un descenso superior al 80% en el factor responsable de aproximadamente el 30% de las emisiones de la ciudad, tal y como se indica en el Plan del Clima de Málaga, «Alicia». Solo eliminando el tránsito de vehículos durante esos primeros 30 días, el OMAU estima que se han dejado de emitir unas 60.000 toneladas de CO2 a la atmósfera.
La caída en el tráfico, muy acusada en algunos puntos de la ciudad como en la avenida de Andalucía (-89%), la avenida Velázquez-Moliere (-88%) o Muelle Heredia (-87%), ha contribuido también a una considerable mejora de la calidad del aire.
La presencia del óxido de nitrógeno, un compuesto químico relacionado con la formación de lluvia ácida y muy dañino para la salud que se produce en la combustión de los vehículos motorizados, ha menguado en un 55%, tal y como refleja una investigación del Centro de Tecnologías Físicas de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), que sitúa a Málaga como una de las ciudades españolas más beneficiadas por el descenso de la contaminación en el aire durante la crisis sanitaria, a nivel nacional, en torno al 64%.
«Los resultados son escandalosos. Ahora se ve todo el frente marítimo hasta la Sagrada Familia todo muy limpio, es una situación que nadie había conocido», valora Pedro Marín, coordinador del OMAU. Comparando la calidad del aire en el trimestre de enero a marzo con el comportamiento de este último mes registrado en las tres estaciones de medición ubicadas en Carranque, Juan XXIII y El Atabal, el óxido nitrógeno cae en un 122,1%, 125,2% y 81,3%, respectivamente.ADFor more than a century IBM has been dedicated to every client’s success and to creating innovations that matter for the worldVea cómo 450 empresas se aproximan a la…
A esto debe sumarse la congelación de la actividad en los principales puntos emisores de la ciudad, como son la fábrica cementera de la Araña, el aeropuerto o el puerto de Málaga, que juntas emiten unas 75.000 toneladas mensuales de CO2, o el consumo eléctrico, fuente emisora de unas 12.500 toneladas.