Mientras el desamparo y la desolación van asolando a los más pobres entre los pobres, hasta el escarnio y la desvergüenza, tanto como para que el principal imputado en la trama Gürtel haya proclamado subiendo a su monovolumen de alta gama que “ha perdido su confianza en la justicia”.
En tanto pacíficamente, desesperadamente, avanza la marcha proclamando, gritando que “Nos enfrentaremos al paro y la injusticia”.
Mientras hoy renace, un año más, la primavera, pletórica y ausente, feraz y hermosa, y con todo acogedora y esperanzadora, ¡qué remedio!, porque el ser humano resiste y sobrevive, aunque permanezca el horror del odio machista, dieciocho asesinadas desde principios de año, sin que acabemos de entender tanto complejo, tanta resistencia a sentirnos iguales, dignos y humanos, contra el respeto que debiera hacernos mejores, felices; atormentados y crueles hasta el crimen, mientras seguimos hundiéndonos en una sociedad que mantiene una casta política, financiera, especuladora, poderosa. . . que oprime y humilla, que parasita cuanto toca, que acogota y esquilma hasta lo insoportable, mientras ya piden que se pague menos del salario mínimo a quienes carezcan de formación, porque aquí nadie asume ninguna responsabilidad, porque, en cualquier caso, la culpa siempre recae en el eslabón más bajo, más débil.
Ahora mismo, cuando en este próximo minuto que empieza a contar ya, 21 niños morirán por enfermedades originadas por la falta de acceso al agua potable, cuando resulta que es uno de los derechos universales, cuando esa injusticia flagrante no solo se extiende a los parajes remotos y olvidados sino que ya devasta a miles de nuestros compatriotas, a quienes se les ha cortado su disponibilidad de agua potable por falta de liquidez monetaria, mientras el 10% de nuestra población más rica acumula más y más beneficios, mientras se carga de culpas y malas intenciones a los excluidos del sistema que no nos ampara, que miente y conspira u huye despavorida . . . a esconderse hasta que pase el temporal, uno detrás de otro.
P.D. “Dos jóvenes malagueños, cada día, han emigrado en busca de un futuro más aceptable en el último año”. Torre del Mar 23 – marzo – 2.014