. .sobre el alambre del peligro real de tales prédicas hacia las féminas que hagan por aceptar su papel secundario, ¡válganos tales lecciones de inmunda inhumanidad! hacia quienes son simplemente, nada más y nada menos, personas, y en ¡maldita la hora! que haya tal gentuza que corra con ese peligroso visaje hacia la falsa modestia, hacia la sumisión y entrega letal. Como corderos pascuales, bajo la férula cruel e insensible de los machos misóginos y miserables, porque ya basta de colocar a la mujer en la diana de lo inadmisible, en el tiro de gracia del odio acomplejado, en la cuchillada cobarde, en el crimen doloroso y cruel. . .cuando resulta que la fiel “casida” no desea someterse a la sumisión castradora, porque todos, mujeres y hombres, también queremos ser protagonistas principales de nuestras sencillas existencia. . . porque no admitimos “la belleza” de la sumisión por mucho que nos la santifiquen
Torre del Mar 21 – noviembre – 2.013