¿Qué hace bien el PSOE y mal el PP en Andalucía para que, 26 años después de su primera victoria, el apoyo a los socialistas se mantenga? A esta pregunta deberá responder el Partido Popular a partir de hoy, después de que los andaluces, de nuevo, hayan dado un amplio respaldo al partido socialista que sumará 30 años seguidos en el poder en Andalucía, los mismos que el centro derecha andaluz en la oposición.
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La subida del PP fue insuficiente para quebrar la hegemonía del PSOE
Este hecho junto con la desaparición de los andalucistas del Parlamento andaluz por primera vez en su historia fueron los datos más destacados de las elecciones andaluzas. Únicamente tres grupos estarán en la Cámara. El voto andalucista fue íntegramente a parar al Partido Popular. Izquierda Unida mantuvo sus seis diputados y después de dos intentos fallidos, su candidato, Diego Valderas, sacó su acta por Huelva.
El socialista Manuel Chaves, que cumplirá 22 años al frente del Gobierno andaluz, consiguió ayer ganar sus sextas elecciones como candidato a la presidencia de la Junta de Andalucía con mayoría absoluta al igual que hace cuatro años, pero con menor apoyo. Para el PSOE esta es su octava victoria consecutiva desde que por primera vez se celebraron elecciones autonómicas en 1982, y la quinta en la que se basta sólo con sus diputados para gobernar otros cuatro años en la comunidad más poblada de España.
Chaves, desde la misma noche de arranque de la campaña, expresó su deseo de dar una "lección" y una "paliza" a los populares en las urnas. ¿Se la dio? Con el 92,1% escrutado, a la 1 de la madrugada, el PSOE sacaba 10 puntos de ventaja al PP, ocho menos que hace cuatro años. La diferencia de escaños entre ambos fue de nueve escaños frente a los 24 de la vez anterior. Pero la subida del PP, el único partido que creció en votos, escaños y porcentaje, fue insuficiente para quebrar la hegemonía socialista.
Chaves, que siguió la noche electoral desde un hotel en Sevilla, siguió el recuento de votos con un ojo puesto en Madrid y otro en Andalucía. Chaves compareció las 12.50 horas y ofreció el triunfo de su partido a las víctimas del terrorismo y de la violencia de género. El ambiente en la sede socialista, en el que hubo unas 400 personas, era de alegría contenida, pero sin euforias. "Lo que los andaluces han decidido bien decidido está", dijo Chaves. El socialista afirmó que la mayoría absoluta no será "un cheque en blanco" y prometió "más esfuerzo y más ideas". El presidente en funciones de la Junta reconoció sentirse "en una nube" como hace cuatro años. El PSOE ganó en todas las provincias salvo en Almería y Málaga.
Los andaluces eligieron a 109 diputados al Parlamento andaluz. La mayoría absoluta está en 55 escaños. Los socialistas, con el 92% escrutado, obtuvieron el 48,48% de los votos, dos puntos menos, y 56 escaños, cinco menos que los obtenidos hace cuatro años.
Esta es la quinta ocasión en la que las elecciones legislativas y autonómicas han coincidido, un hecho que suele provocar una mayor participación. El 73% del censo acudió a votar, un punto menos que la vez anterior.
El PP no consiguió su objetivo de quebrar la mayoría absoluta tal y como se había propuesto al inicio de la campaña. Para el candidato del PP, Javier Arenas, esta ha sido su tercera derrota, aunque su partido, subió 10 escaños (47 diputados), frente a los 37 de antes. Este dato supera en uno al que sacó Teófila Martínez en 2000, cuando llegó a 46.
Arenas además tenía otro reto, más personal, en esta campaña: la de liderar por primera vez una candidatura que sumara más votos que la socialista. Por ese motivo, dejó su circunscripción natal, Sevilla, por la de Almería y esta vez lo consiguió con creces al lograr dos diputados más y superar el 50% de los votos.
El octavo tropezón en Andalucía, junto con la derrota sufrida por el PP en el conjunto de España, hace pronosticar una nueva etapa de incertidumbre interna dado que pese a los 26 años de gobierno continuado de los socialistas, la derecha andaluza no ha sido capaz de generar un ambiente de cambio político ni convencer a los andaluces de que presentan una alternativa creíble de gobierno.
Arenas, en todas las entrevistas que ha concedido, ha dicho que, pasara lo que pasara, permanecerá cuatro años en el Parlamento andaluz.
El principal mensaje que trasladaron sus dirigentes cuando conocieron los sondeos a pie de urna, que luego confirmó el recuento, fue el de destacar que era la única formación que subía en apoyos, una explicación con la que trataban de ocultar su decepción.
Junto con la contudente victoria del PSOE, el hecho más destacado de las elecciones fue la desaparición del Partido Andalucista que concurría bajo una coalición con otros ocho partidos, improvisada a pocos meses de las elecciones autonómicas. En las siete elecciones anteriores nunca se había producido una debacle de estas características, en un partido que llégó a tener 10 escaños enla tercera legislatura, que tuvo representación en el Congreso de los Diputados con cinco escaños en el primer mandato y hasta grupo propio en el Parlamento catálán.
Los peores vaticinios de las encuestas se cumplieron y sus cinco escaños obtenidos en 2004 se volatizaron en favor del Partido Popular. El PA que obtuvo en 2004 el 6,16% de los sufragios se quedó en el 2,85%.
La repetición de resultados de IU, que logró los seis escaños de hace cuatro años y el 7,12% de los votos, palia la crisis galopante de esta organización en Andalucía y da un balón de oxígeno a su candidato, Diego Valderas, que al tercer intento sacó su escaño por Huelva, provincia en la que ha centrado todos sus esfuerzos durante la campaña.