Cada grado centígrado de frío supone además el aumento del 5% en consumo.
Éstas son algunas de las conclusiones de un artículo de la revista Consumer Eroski sobre el ahorro energético. Según el informe hay algunos ´trucos´ para evitar un susto en el recibo de la luz. Apagar las luces cuando se sale de las habitaciones, mantener el termostato de la calefacción a la temperatura adecuada o sustituir las bombillas convencionales (incandescentes), que son las que más consumen y menos duran, por lámparas ´eficientes´ (fluorescentes sin reactancia radiactiva y halógenas de bajo voltaje), son algunas de las medidas que ayudarán a amortiguar la abultada factura. Por ejemplo, estas últimas bombillas proporcionan la misma luz, duran ocho veces más y ahorran hasta un 80% de energía. En este sentido, según el Instituto para la Diversificación y el Ahorro de Energía (IDAE), la sustitución de una bombilla tradicional por otra de bajo consumo representa al final de su vida útil un ahorro de más de 60 euros.
El lavavajillas también es uno de los electrodomésticos que más consume. El 90% de esa demanda se debe al proceso de calentar el agua y el 10% restante para girar las aspas y agitar el agua. Sin embargo, lavar a mano con agua caliente supone un 40% más que el gasto del lavavajillas. Un tamaño adecuado ayuda al ahorro. Lo mismo pasa con las lavadoras de bajo consumo que ahorran un 70% de agua y un 24% de energía
Fuente. La Opinión de Málaga