Cuando aún el proyecto para la rehabilitación del entorno del antiguo balneario de los Baños del Carmen sigue en el aire, el Ministerio de Medio Ambiente ha iniciado el procedimiento para el rescate de la concesión de Astilleros Nereo para liberar el espacio que ocupa actualmente y en el que se plantea la construcción de un nuevo tramo de paseo marítimo según el plan especial que se acordó con el Ayuntamiento de la Málaga en 2010. Con este trámite, se suma un nuevo capítulo a la rocambolesca historia que rodea a este espacio y cuyo actual concesionario advierte que alegará y que recurrirá a las vías penal y contenciosa-administrativa contra la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar por los perjuicios que la retirada de la concesión les va a acarrear. La compensación económica prevista apenas supera los 8.500 euros.
La guerra está servida porque el organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente no tiene intención de frenar el rescate de una concesión, que data de 1970 concedida a la familia Sánchez Guitard para la ocupación de una parcela de 1.175 metros cuadrados en el dominio público marítimo-terrestre y que caduca en 2018. El motivo de esta decisión ahora se debe al fracaso de las negociaciones mantenidas entre ambos hasta la fecha para tratar de llegar a un acuerdo sobre el traslado de los astilleros y está corroborada por el fallo judicial de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional que el año pasado desestimó el recurso presentado por la Asociación de Vecinos de los Baños del Carmen de Málaga contra el proyecto de regeneración de playa y parque marítimo previsto en la zona.
Según la providencia de incoación de rescate de la Dirección General de Costas, fechada el 18 de noviembre de 2014, la decisión se basa en la necesidad de disponer de estos terrenos aludiendo a su utilidad pública para poder llevar a cabo el citado plan para lo que se ofreció a los concesionarios retranquear parcial o totalmente el astillero y ubicarlo en una parcela situada a unos 30 metros de la actual.
Pero Astilleros Nereo no está dispuesto a cambiarse de ubicación. La empresa defiende la catalogación de interés histórico-cultural de las instalaciones y Alfonso Sánchez Guitard, el coordinador del taller del Astillero Museo Nereo, advirtió que "no nos preocupa en absoluto el rescate porque no es legal lo que están haciendo con nosotros a diferencia de lo que han hecho con las casas, restaurantes y hoteles de Pedregalejo al legalizarlos durante 75 años sin tener concesión y sin pagar canon".
Su propuesta para mantener las actuales instalaciones pasa por conectar los paseos marítimos proyectados por el trazado del antiguo que discurría justo delante del astillero, que fue construido en 1982 y destruido en 1989 como consecuencia de los temporales y más tarde por la construcción posterior de una tubería de aguas residuales y una escollera de 13 metros situada justo delante.