Es su democracia, la que tranquilizaría a la señora Cospedal, la del partido que dice, según su declaración, “que han hecho ya lo que podían” para atajar la corrupción, seguro, esa democracia que ve peligrar por los fenómenos “Podemos” y otros experimentos “con gaseosa”, según deseo propio y el de su partido, avisando de “su amenaza” inducida, escandalosamente alarmista, con lo bien que les va con el “orden de las cosas” que tanto les beneficia, bajo la patente de corso de una democracia homologada, . . . por la señora. Cospedal y sus secuaces.
Para que los más espabilados y golfos del corral hagan pingües negocios “sucios” . . sobre la desgracia y la precariedad generalizadas.
Con lo halagüeña que se la prometían, estas patuleas de “gente de orden”, tan tranquilos con sus “modus vivendis”, mientras los chorizos engominados, de bien arriba, amasaban ingentes riquezas, de sobaquillo, de manera más o menos honestas.
Hasta que tocaron a rebato los poderes financieros porque, por lo visto, la geometría no iba correspondiendo a su insaciable voracidad y había que . . . “recortar, laminar, devastar. . .” lo que fuera, sobre el segmento más numeroso y desfavorecido de la sociedad.
Y “manos a la obra” los serviles vasallos de la causa del poder, para arrasar los logros que se habían ido consiguiendo: sanidad, educación, derecho laboral, dependencia, libertad, igualdad. . . que les iba de maravilla, con algún que otro discursillo disuasorio o de diversión del atropello, en contra de la gente, hurgando en la necesidad real de los más débiles, de los más pobres.
Como para que ahora pulsen todas las alarmas, los desahogados, los cómplices, los consentidores, los conseguidotes. . . paladines falsarios y perversos de su “democracia complaciente”, para avisar del fenómeno “Podemos”, para atribuirle todos los males. . .por servir, sobreseídos los que nos han ido arrinconando contra el desamparo más injusto y voraz.
Esa “democracia” echada en falta por Cospedal y los suyos en las que, sin mayores problemas, más de 340 grandes empresas puedan tributar en Luxemburgo, bello país europeo, perfecto paraíso fiscal, un 1%, en lugar del que correspondería en sus países donde se encuentran instaladas. Y ése es el caso, por ejemplo de IKEA y Pepsicola que en lugar del 23% que deberían haber tributado en España, para todos los españoles, pues eso, por el arte de birlibirloque de “la democracia ad hoc”, pues nada que se van a Luxemburgo, al mismo país del que fue primer ministro el presidente actual de Europa. ¡Qué les gustan estas “buenísimas” democracias”!.
Y todo el “yuyú” malévolo contra los de “Podemos” que osan, ¡oh imposible!, una renta básica para todos los españoles en edad activa.
¡Por dios, que ” dónde estén unos putos cabrones y ladrones que sean nuestros putos y cabrones ladrones que se quite . . .la morralla”!
Torre del Mar noviembre – 2.014