Y entonces, ¿en qué quedamos?, como para ponerse como se ha puesto el tal Parolín . . . con los asuntos, una vez más, de la bragueta en las obsesiones puras de los tales purpurados.
E insisten, supongo, y hablan de “palabras mayores”, sin broma alguna, sobre la humanidad y ¿su derrota?, pero ¡qué sucia broma es ésta!, cuando son capaces de juntar “derrota de la humanidad” con “matrimonio gay”, cuando para el común de los mortales solo ha sido un motivo de justa satisfacción, al menos para quienes solo pretendemos llevarnos bien con el vecino, en un ejercicio libre y gratificante de respetuosa convivencia.
Y respecto a lo de “derrota de la humanidad” los ejemplos se producen, lamentablemente, a diario, a todas las horas, como para que el señor Parolín y los de su cuerda no hayan caído en la cuenta de reconocer “esas derrotas”. . . y denunciarlas con la rabia debida que reconoceríamos en su afán de defender a los seres humanos en sus posiciones de indefensión absoluta.
Porque ¿no son derrotas para la humanidad? algunas de las infamias que a diario nos destrozan el ánimo y la sensibilidad humana también, como cuando sabemos y saben los próceres y dirigentes que más de 700 millones de seres humanos en el planeta Tierra se mueren literalmente de hambre y explotación infrahumana, como cuando vemos a diarios guerras subvencionadas por armamentos vendidos a precio de oro en cientos de puntos “calientes”, “sangrientos” del mundo, agresiones consentidas, fanatizadas, racismos y xenofobias alimentadas desde formaciones ¿civilizadas? en países ¿civilizados?, desde ayuntamientos que ostentan mayoría ciudadanas, como cuando se suceden los desahucios y nuestros partidos políticos, muy defensores de la estabilidad y el establishment no dicen ni pío, ni siquiera se escandalizan más de lo prudente, sin que ningún “príncipe” de esa iglesia predicadora del ¿amor a los pobres?, haya bajado a la calle a intentar paralizar o denunciar un desahucio, como cuando la policía ha de entrar en el arzobispado de Granada a entregar al titular de la diócesis la urgencia para que entregue los papeles del proceso de investigación sobre los casos de abusos a menores, y como cuando se admite la desigualdad galopante, la tragedia en el Mediterráneo, la realidad de la precariedad permanente que llaman recuperación . . .y así hasta la indignación que parece no tocar “denunciar” desde las altas sensibilidades del monseñor Parolín que prefiere calificar al matrimonio gay como derrota de la humanidad, mientras en nuestro país aún no han logrado descabalgar al ex cardenal titular de la diócesis de Madrid de su piso de súperlujo, con todos los pobres muy devotos, doblegados ante una iglesia dominante, pletórica de poder, oropeles y condenas “urbi et orbe” de lo que son “derrotas de la humanidad” según el prisma de los “padres de la iglesia” que demonizan, “horrorizados” contra los matrimonios gays.
¡Pues vaya con las filias y fobias de estos tipos en casullas de oro y seda!
Torre del Mar mayo – 2.015