¡D E S A F O R A D O S!

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Y del rey abajo unos cuantos más, como diez mil o casi, para que anden bien protegiditos, y para que en consecuencia, ante el vértigo sospechoso del aforamiento ineludible del gran Borbón, haya que hacer el paripé, pavimentando el suelo dorado a la casta imponderable, a la casta intocable e inatacable, a la casta atrincherada tras sus miedos ante «los peligros nuevos», ante la volcanada de la izquierda nueva que amenaza el confort de los partidos tradicionales, mastodónticos, que ¡tan bien vivían! En su marasmo malsano y caciquil. Con el gran tema que entretenga ahora, el acoso y derribo a «Podemos y compañía», mientras el desmantelamiento de este país es constante y creciente, y el entretenimiento ha de ser asegurado, como una cortina de humo, acusando prácticamente de «proetarra» a Pablo Iglesias, ¡vaya por dios!, mientras nadie dice nada de lo importante, con una recuperación hueca y a la baja, con unos salarios bajísimos, una disposición «voluntaria» exagerada y servil, por ver si la renovación es posible sobre el despido ineludible, con una precariedad pues galopante en todos los sentidos. Con el estado del bienestar en puros cueros de andrajos y vergüenzas. Con una reforma fiscal que no es tal, con un alivio del fisco para las grandes fortunas, sin luchar contra el fraude, con los desahucios a su paso que no cesa. Y así continuando hacia la desmoralización general. En tanto ahora «toca la regeneración» aunque no se la crea nadie. Empezando por ocultar la lista de los morosos y de quienes acudieron a la amnistía fiscal. Con la plana mayor del PP intentando embridar su miedo y nerviosismo. Con el PSOE buscándose las costuras por reencontrarse. Con nuestros jóvenes desfondados, sin poder hacer planes de futuro. Migrados o no con unos salarios vergonzantes. Mientras nos cuentan las mentiras del «país de nunca jamás». Con unas miríadas de «aforados» que pueden perder su aforamiento, ¡a ojos vista!, para cuando toque marear la situación. Donde ya solo queda la explotación del rufián al ser humano que . . . simplemente ni sueña por llegar a ser «un aforado». . . .Ahora que dicen que andan planteándose reducir el número de aforados. Por los desaforados que pueden perder su aforamiento ¡pobres! Torre del Mar 1 – julio – 2.014