En esto llegó Sancho, y de ver a los dos en aquel traje no pudo tener la risa”.
“En efeto, el barbero vino en todo aquello que el cura quiso, y, trocando la invención, el cura le fue informando el modo que había de tener y las palabras que había de decir a don Quijote”.
“Entróse Sancho por aquellas quebradas de la sierra, dejando a los dos en una por donde corría un pequeño y manso arroyo”.
Y asi fueron en busca del caballero andante.
Y así llegaron a reunirse con él, y tras haber hablado y convencido a don Quijote, decidieron regresar a casa, todo el grupo, hasta llegarse a la venta que anteriormente ya habían visitado.
“La ventera, ventero, su hija y Maritornes, que vieron venir a don Quijote y a Sancho, les salieron a recebir con muestras de mucha alegría”.
Y don Quijote y su comitiva encontraron reposo y ventura en la venta de los caminos, en la venta de las trochas y encrucijadas que frecuentaban los encuentros y desencuentros de los naturales andariegos.
Torre del Mar junio – 2.016