Dos parques ´naturales´ en mitad de la barriada del Palo

ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA La ´edad de oro´ de la arquitectura merdellona malagueña, los años 60 y 70 del pasado siglo, se corresponde con la urbanización salvaje de buena parte de Málaga y el nacimiento de grandes fortunas en la rama de la construcción. El diseño ´norcoreano´ de nuestros barrios resulta evidente en la Cruz del Humilladero y en la Carretera de Cádiz, pero no podemos olvidar todas las barbaridades perpetradas en El Palo.
Por eso, es casi una experiencia ´místico-medioambiental´ la pervivencia, en el corazón de este acementado barrio de pescadores, de dos grandes solares con árboles de gran porte. El primero de ellos, vallado, hace esquina con la calle Luis Taboada y la avenida de Juan Sebastián Elcano.
Estaba ocupada por una preciosa casa de finales del XIX o principios del XX, pero luego dio paso a ´Drome Park´, un parque infantil de pago. Todavía conserva el solar un par de buenas palmeras canarias, que no atacadas por el picudo rojo, así como uno de los falsos pimenteros más grandes del barrio.
Más grande es el solar que tiene a la espalda y que da la calle Luis Taboada, frente al colegio de los jesuitas. Presidido por una casa en ruinas, alrededor ha crecido un ´jardín salvaje´ en el que pasear por él es casi como hacerlo por el campo (la valla de la entrada está tirada desde tiempo inmemorial).
La sensación de abrirse paso por el enorme campo de vinagretas y tréboles es estupenda. Al fondo de los matorrales dormitan los restos de un Seat 850 y de un 600, lo que nos da una idea del tiempo de abandono de la finca.
En una Málaga en la que a las zonas verdes previstas les ´plantan´ rascacielos a traición, ¿cuánto tardarán estos dos grandes solares en ser urbanizados? El primero de ellos luce desde hace muchas lunas un cartel que anuncia la llegada de un edificio de la Seguridad Social. Que ´caiga´ el segundo es sólo cuestión de tiempo y de falta de conocimiento de las necesidades del Palo.