Puestos en la encrucijada actual, el PSOE, con sus peores resultados y en medio de la vorágine política, con posibilidades de alcanzar el protagonismo que niegan los más avezados ¿socialistas? . . . de carné.
Resulta que tras la retirada, ¡qué remedio! del veteranísimo Rubalcaba hubo que ponerse a elegir un nuevo secretario. Desde la endogamia perfecta de los barones muy atentas a cercar el corralito. Y así no supieron cómo hacerlo para aupar a “la gran sultana del aparato”, la presidenta andaluza, a la meritoria que lo ha sido desde los dieciséis años, desde su punto de vista muy endogámico, desde las interioridades del partido, cuando ¿se había merecido? . . . ser proclamada por “aclamación”, en un salto programado al poder nacional.
Pero no se cumplió el guion previsto. Y saltó a la palestra el bueno de Madina, presentándose a las primarias que prometían ser incruentas, con aquello que fue imperdonable de que “un militante un voto”.
Y entonces “sacaron” a mostrar y a competir al ¿dócil? Pedro Sánchez para que cumpliera con el paripé, con el apoyo explícito y calculador del socialismo andaluz, como “temporal” secretario que hubiera de apartarse a la indicación de la superioridad.
Con vistas a crear un paréntesis inane hasta que conviniese, de nuevo, presentar por aclamación a . . . ¿la sultana andaluza?.
Mientras los acontecimientos animaron a Pedro a creerse el papel y la trascendencia de su cargo, cayendo en el error de que su secretaría estaba homologada por los barones del PSOE.
Y entonces llegamos a encontrarnos ante la siguiente tesitura: Por una parte el actual secretario general que quiere seguir en el machito, ahora avalado por la proposición real, ya que además esa será su única salvación: intentar llegar a ser presidente, buscándose pactos y aliados, en contra precisamente del núcleo duro del PSOE, con el expresidente Felipe González al frente, que pretende “acabar con el mencionado Pedro”, o ¿qué se ha llegado a creer el advenedizo?, cuando la señalada ¡por aclamación! era y es Susana Díaz . . .o ¿seguimos disimulando todas y todos?
Porque ellos, los barones y la sultana, no quieren dejar la gestión “,del cortijo, del corralito” a nadie que no esté en “el secreto” de los iniciados, y menos un tal Pedro que no ha sido aupado, ni por aclamación, ni por designio de los barones y baronesa. ¡Qué se le va a hacer!
Y por otra parte la negativa a que se pacte con los “¿antisistemas?”, señalados como peligrosos, por los mismos que llevan años acomodados en sus gestiones endogámicas por permanecer a la vera del poder, ¡mecachis!, viviendo mejor que peor al rebufo del poder . . . aunque ahora les haya salido “rana” el propio secretario general, Pedro Sánchez, empeñado en “intentarlo” lanzado a formar un gobierno “progresista y reformista”.
Podrán superarlo . . .los barones y la baronesa.
Torre del Mar febrero – 2.016