E L R E T A B L O D E L A S M A R A V I L L A S

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Y la corte de Monipodio y sus secuaces, bribones, pícaros y gente de muy mal vivir, perdidos a la sombra del poder y los poderosos, a expensas de los fines inconfesables por retener el poder, en nombre del Poder bendecido, santificado y autoprotegido, en manos del poder testaferro y mamporrero, al amparo y bajo la advocación de los ángeles de guarda puestos al servicio del Poder, por la cuenta que venga a amolarles, por si acaso, porque se aparte la idea de quienes se atrevan a disputarles el poder, por muy desgraciados que sean, por muy títeres que pinten la injusta realidad.

                                               Y así y simultáneamente y por la razón que invita al delirio.

                                               “Los titiriteros p´ alante” y que tomen nota la ciudadanía que pudo soñar otro horizonte, en aras del disparate y el poder que no habrá de perdonar a los insurrectos y desafectos.  . . porque ellos no olvidan ni olvidarán jamás.

                                               Y el espectáculo continua, y las amenazas veladas, y que no cese ni deje de continuar el espectáculo, al servicio de los canallas y poderosos, porque ellos saben ostentar la hipocresía como un valor, la doble y triple vara de medir, . . . mientras la alcaldesa carmena habla de “humanidad” en las relaciones institucionales, en los debates y en las decisiones y, probablemente, su lenguaje se hace demasiado inexcrutable.

                                               Y echamos tanto en falta ese lenguaje que, sin embargo, es muy inteligible para quienes menos poseen.

                                               “Razones para que los niños estén traumatizados hay muchas. Pero las fuerzas del orden solo decidieron actuar en este caso, jaleados por la delirante fabricación de pruebas de enaltecimiento del terrorismo y un concepto de vigilancia de lo público que concede más relevancia al disfraz de la Cabalgata que a la degradación del Senado por la presencia de corruptos atrincherados”.

                                               Y en nombre de “la estabilidad y el orden” volverán a detener a cuantos titiriteros dicten que sea conveniente para implantar esa “corrupta y podrida estabilidad y orden social”. ¡Amén!, en nombre de los mercados y los poderosos.

                                               Mientras “las primas de riesgo” avisan del abismo y encarecen los intereses de la deuda imposible de pagar . . .              

                       

                                               Torre del Mar    febrero – 2.016