Que arriba abajo un escaño la disyuntiva es una victoria pírrica y nada representativa, vamos el pelo un conejo para una o para la otra formación, y sin embargo suficiente como para que al minuto siguiente, los unos o los otros, los del gobierno en el poder o los del principal partido de la oposición, se declaren “vencedores” inapelables. . . sobre el otro, sobre los otros, aunque solamente hayan logrado el 15% de la representación de votos recibidos sobre el total de censo. Y ¿qué importa? Si se puede sacar pecho y seguir a las andadas, en el bienvenido juego de los floretes dialécticos, tan arraigados, los unos y los otros, conmilitones de sus respectivos partidos matrices, apalancados a sus poltronas y estrados. Aunque se parezcan mucho, por el buen orden del sistema que los siga manteniendo. Aunque sean tan distintos y , con todo, primen sus esfuerzos por seguir “civilizadamente” en el machito del poder.
Aunque la abstención supere el 50% y no obtenga reflejo alguno, aunque la desafección y el desaliento muestren el verdadero rostro de un electorado hundido y desamparado., aunque las fuerzas marginales y colaterales tomen oxígeno y traigan nuevos aires, bisagras aprovechadas, renovadoras indispensables, . . .¿revolucionarias?. . . justo hasta el punto en que nada se vaya al carajo, ¡por si acaso!, cuando ha costado tanto montar el tinglado, de arriba abajo, en cascada, desde el pináculo del poder del dinero hasta el sótano de la supervivencia pura y dura.
Empate técnico, pues, anclado en la defección de quienes, al fin, nos lamentamos y seguimos sin hacer mucho más que. . . lamentarnos. Con nuestros representantes a sus anchas, tras haber dado el paso que nosotros seguimos ahorrándonos, libres entonces de mangonear a su antojo, sabiendo que únicamente van a quedarse casi solos, casi y pero con la mera representabilidad que les den sus afines y seguidores, al margen indudable de la realidad social, muy atentos, serviles y obedientes ante la macroeconomía y sus facinerosos amos, por no soltar las bridas del poder hipotecado, mientras cabalgan sobre una población acobardada, rendida, cansada y escaldada, . . .logrando lo que persiguen, la desactivación de una sociedad que ¿se ha dado por vencida?, incluso antes de haber iniciado la batalla.
Con más de una más que previsible abstención que se quedará en casa, en la playa, en el monte. . . sin efecto alguno, como para que sigan, el PP y el PSOE, a lo suyo, planteándose cuánta más carne han de echar al asador para proclamarse vencedores, . . . con millones de papeletas sin haber sido volcadas, introducidas sobre las urnas, aunque estén rotas las papeletas, indignadas de votos, de aludes de votos . . . nulos, en blanco, a favor de la quimera, el coraje, la pasión por la solidaridad, la fe en el futuro y en la fraternidad. . . porque si nos gusta tanto jalear con el ¡se puede, podemos!. . . es hora de que empecemos a creernos que . . .¡podemos y debemos no callarnos, no dejar de ir a votar. . . ni debajo del agua!, y siempre habrá merecido la pena . . . no haberse quedado en casa.
Torre del Mar 3 – mayo – 2.014