E X T R E M A D E R E C H A

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Vesánica y vil como una metralla ciega que devasta y aniquila cuanto brote a sus pies, desde su nido de serpientes, la bestia rebullendo su inquina por acabar cuanto resplandezca y sonría.
Desde sus símbolos y soflamas, anunciando el minado sobre su estercolero ideológico, barriendo la rendición de los más débiles, por venirse arriba ante el sufrimiento y dolor de los indefensos.
Enarbolando cruces y espadas, etnias y aires marciales que ensombrezcan el horizonte apagado, el confín de su miserable afán.
Agazapada y virulenta, como una hidra, como una sanguijuela, ensoberbecida sobre el grito y el puño, cruel y sanguinaria, estúpida e insolidaria, como una epidemia viscosa y rabiosa, engalanada de odio y mezquina impotencia.
Por la fe en sus ídolos y dioses baratos, reventando mala saña y peor baba, redentora letal de la revancha y la venganza, como si se creciera en el fango y el horror, como señuelos agonizantes de sus inhumanas credenciales.
En su madriguera, asomando sus fauces, contagiando de pestífera insidia cuanto toca y barbota para pudrir cuanto ose salvaguardar tras su maligno discurso.
Creciendo en la mala conciencia de quienes se rinden y reniegan, engolfada en la desesperación de los más brutos, de los más necios, de los más insensibles, para pasto de la tierra quemada que pregonan para lograr su reconocimiento, en el poder, sobre la ira de quienes no perdonan la pleitesía debida a su perniciosa influencia.
Las extrema derecha con nombre y rostros, disimulando su feroz odio hasta lograr exterminar cuanto se oponga a su letal determinación.
Como si de un bicha se tratara, arrastrándose hasta hincar la picadura, el mordisco, la dentellada fatídica.
Tan cerca de nosotros que se solapa como si fuera civilizada y cuasi respetuosa.
 
                                                           Torre del Mar 8  – mayo – 2.012
 
 
 
 
 
 
 
 
 
                          D E      R O S I T A S
 
                                   Por 7.000 millones arriba o abajo como para tomarse en serio una más entre las promesas incumplidas, en medio de los empingorotados prohombres que últimamente se encargan de lo suyo, dale que dale, a sus obsesiones viendo que se materializan, a poco que sigan molestando al personal de abajo.
                                   Tan relistos como untuosos, los mercachifles de la desfachatez y la impostura, los canallas impresentables e ineptos, de corazón de madera, que hacen y deshacen a su antojo a favor de vertedero.
                                   Porque se mueven muy bien, en su elemento, en la hez de la necesidad de la mayoría, cargándose lo que haga falta por insaciables codiciosos, como cobardes capitanes de los paquebotes que van hundiendo sin misericordia.
                                   De rositas los canallas del nuevo orden, en nombre de su insondable impericia, pagados de si mismos hasta la obscenidad, con finiquitos desorbitados que enervan e indignan ciscándose sobre las penurias de a diario, como para hacerse odiosos quienes se van de rositas sin pagar su miserable incapacidad, su gélida ideología.
                                   De rositas, con ayuda pública de 7.000 millones de euros, céntimo a céntimo aportados por los pobres de este país, arrancados alevosamente de sus derechos adquiridos, como si no fuera para tanto que el copago de un pensionista, el recorte salvaje sobre la educación y sanidad  públicas y la rescisión del estado del bienestar solo fuesen un lujo a olvidar, ¡qué narices!,  cuando se trata de salvar el culo a los mandamases de siempre, como de costumbre, que, por su parte, ellos ya se encargarán de darnos en nuestras posaderas hasta llegar al hueso.
                                   De rositas y tirano a jugar a la cabeza en la economía familiar, euro a euro hasta que logren hundirnos en la necesidad más perentoria.
 
                                                           Torre del Mar 8 – mayo – 2.012