De siempre, desde entonces. . . desde cuando el compromiso ponía entredicho ¿la calidad del literato?, porque Galeano jamás quiso ser neutral, ¡en buena hora!, tan alejado de los juegos florales, aunque y porque por encimas de todo Eduardo Galeano creía que “la idea era bella”, y la idea comprometida, luchadora, a la cola de los desheredados de la tierra, junto a los parias que no encuentran sitio junto “a los grandes” de la tierra . . . como cuando “recién” criticó a los “cocodrilos” poderosos que fueron a celebrar las exequias de Mandela, el mismo el que hasta el 2.008 había sido proscrito de todo reconocimiento . . . por esos mismos “cocodrilos”.
Poeta de la palabra, denunciando el miedo co que nos gobiernan y nos aprisionan, poeta de los que no tienen voz en la voz de Eduardo. . .
Poeta que abominaba de la intelectualidad, porque él solo era una persona, una cabeza, una barriga, unos pies,. . . en el pálpito diario de la vida de a pie.
Eduardo, “una realidad que duele”, un ser humano que “tocaba” a sus lectores, a sus espectadores, a sus seguidores, a sus escuchantes. . . pasados al “galeanismo” cuando él hablaba y desgranaba sentimientos e ideas, mendigo de sus ideas, vagabundo de sus sentimientos. . .
Mientras nos duele tanto . . . su ausencia irremediable. . .
Torre del Mar abril – 2.015