En este caso de la capital, el delegado de Urbanismo, Diego Maldonado, comunicó que «sus vecinos pueden estar en la seguridad de que ahora será diferente», en relación a la presupuesta mejora y fluidez del diálogo con la oficina central de Costas –la competente en la aprobación de estos asentamientos– y dependiente del Ministerio de Medio Ambiente, que desde noviembre es del mismo color político que La Casona.
«Deben estar en la seguridad de que ahora nos contestarán a este tema porque aún no se ha producido un cambio de la situación y porque el problema va a caminar de otra manera a partir de ahora», aseveró Maldonado. Al mismo tiempo el delegado de este área informó de que están esperando a que se formen los nuevos equipos de este área para pedir una reunión y subir a Madrid lo antes posible y dejarlo todo zanjado. «Se trata de una zona consolidada de vivienda tradicional que debe ser respetada», explicó. A la vez que incluyó en la negociación inminente la problemática de similar tipología de la zona de La Térmica.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Vecinos de Pedregalejo, Adolfo García, dice estar expectante a que finalmente Costas les informe del cambio en el deslinde del barrio, que se llevaría al borde del Paseo Marítimo y no a altura de calle Bolivia como se encuentra contemplado en una parte, ocupando ilicitamente dominio público marítimo-terrestre. «Las casas llevan ahí desde tiempos inmemoriales y, además, desde el año 1983 vienen pagando su contribución y han cursado licencias de proyecto de reformas por lo que el Ayuntamiento se ha beneficiado de nuestros impuestos como del de las demás viviendas de la ciudad», argumentó.
Según éste, los tempos marcados desde hace meses en la reuniones mantenidas con técnicos municipales y de la oficina de Costas, hablaban de dos años, a partir de la incoación del expediente, que sigue paralizado pese al anuncio a principios del año pasado de la posible emisión de una resolución al respecto. Al margen de esto, indicó que «ya no tienen excusa por desconocimiento de la situación pues les hemos ofrecido toda la información necesaria sobre todos los inmuebles del barrio».
Tampoco existe ya en los vecinos de ambas zonas del litoral oriental el miedo a que se le derriben sus casas. «Ya no lo tenemos desde que se aprobó el año pasado el nuevo PGOU municipal y nos aseguraron que no se tocan», añadió.
En este sentido, el proceso lleva eternizándose varios años y cuenta con varias promesas incumplidas. Así ya en noviembre de 2009, representantes de las tres administraciones -Gobierno central, Ayuntamiento y Junta- mantuvieron una reunión para impulsar el proceso. En junio de 2010 Costas previó un nuevo deslinde donde hasta ahora no se había trazado y en octubre del mismo año, un nuevo informe técnico sobre las mareas abrió más la posibilidad de la regularización final.
Los asentamientos del Palo y Pedregalejo tienen un pasado histórico marinero común y hasta hace pocas décadas en ambos núcleos de población todavía residían gran parte de los pescadores de aquella floreciente industria local. Aquellas casas de adobe y paja son hoy casas remozadas y de un tipismo andaluz, que ya escasea en la ciudad, además de estar en una de las zonas de más valor turístico de la Costa del Sol