Hace menos de un mes que el Ayuntamiento de Málaga se entregaba al frenesí inaugural de estrenar en la misma semana el Centro Pompidou y el Museo Ruso y ya se avecinan nuevos movimientos en el horizonte. El punto de mira municipal se dirige ahora hacia el edificio de Bobby Logan, la discoteca de Pedregalejo que se convirtió en icono local de la diversión nocturna entre los años 80 y 90, que el Consistorio quiere convertir en un nuevo equipamiento cultural.
Así lo han acordado los tres partidos con presencia en la Casona del Parque. El equipo de gobierno del PP y el PSOE secundaban la iniciativa presentada ayer por IU en la última comisión de cultura antes de las elecciones municipales del próximo 24 de mayo. «Es voluntad del equipo de gobierno convertirlo (el inmueble) en equipamiento cultural de interés general», anunció la concejala de Cultura, Gemma del Corral.
Los tres partidos aprobaban así una moción para «instar a la Gerencia de Urbanismo» a abrir las negociaciones con los propietarios del inmueble para convertirlo en un centro cultural, «dando respuesta a la demanda vecinal». De hecho, la reclamación de los vecinos de El Palo para que la antigua discoteca tenga uso cultural lleva más de un lustro sin ser atendida por parte del Ayuntamiento, que ahora parece cambiar el rumbo de su discurso.
Tanto es así, que la moción aprobada ayer contempla «consensuar con los vecinos» el destino del inmueble que antes de Bobby Logan acogió el Cine Lope de Vega y la pista de patinaje Rolling. La propuesta de IU reclamaba la conversión del edificio en «sala de teatro y artes escénicas, escuela de formación de actores, sala cinematográfica, museo y sala de exposiciones». Sin embargo, los tres partidos acordaron dejar más abierto el posible uso del inmueble.
El edificio situado en la avenida Juan Sebastián Elcano ocupa una parcela de 714 metros cuadrados y suma una superficie construida de 804 metros cuadrados. Su construcción data de la década de 1950, si bien su época de mayor esplendor llegó tres décadas más tarde, de la mano de la discoteca Bobby Logan, que cerraba sus puertas en la primavera de 1993.
La iniciativa municipal para dar uso cultural al edificio de la antigua discoteca fue el asunto más destacado de una comisión en la que también se conoció la compra por parte del Obispado del convento del Císter. Lo anunciaba Del Corral a pregunta del edil socialista Manuel Hurtado.