La primera tarde de feria se convirtió ayer en la peor de las pesadillas para los vecinos del casco antiguo de la ciudad. A partir de las cinco de la tarde, el botellón tomó las calles del Centro Histórico y, en especial, la plaza de la Merced, que tuvo su particular inauguración en forma de basuras y desperfectos provocados por el consumo desmedido de alcohol, pese a que es una de las conductas que expresamente prohíbe la nueva ordenanza para la feria, sancionada con hasta 750 euros. «Vergonzoso», «horroroso», «insoportable»… Son algunos de los calificativos empleados por los vecinos consultados sobre lo que se vivió ayer en las calles del corazón de la ciudad.
María Teresa Repiso, presidenta de la asociación de vecinos Plaza de la Merced, no daba crédito a lo que tenía ante sus ojos cuando sobre las siete y media de la tarde salió de su domicilio. «El botellón tomó la plaza por completo. Estaban destrozando las farolas y los bancos que están recién puestos, echando basuras, orinándose por todos los rincones…», explicó Repiso, quien tomó fotos de la situación para poder mostrarlas a los responsables municipales.
Teresa es una de las vecinas del Centro que ayer llamaron a la Policía Local para denunciar la situación. Sin embargo, la actuación de los agentes no pudo hacer nada para evitar la presencia de una masa de personas compuesta por miles de jóvenes.
La presidenta de los vecinos de la plaza de la Merced tiene claro que el Ayuntamiento no debería haber abierto la plaza, todavía sin concluir, en plena feria. «Están destrozando un arreglo de casi cinco millones de euros que estamos pagando todos los malagueños», concluyó. Las obras, que comenzaron en febrero, acumulan cuatro meses de retraso , ya que tendrían que haber estado listas para junio y no lo estarán hasta octubre.
María José Soria, presidenta de la asociación de vecinos Casco Antiguo, no se encontraba ayer en Málaga por motivos familiares pero no paró de recibir llamadas toda la tarde de vecinos alarmados por lo que estaban viendo desde sus ventanas. «Si esto sucede el primer día de feria, qué pasará los demás. La feria del Centro se ha convertido en un 'botellódromo' aceptado y subvencionado», sentenció Soria, quien recalcó que la feria del Centro Histórico «necesita un cambio radical por el bien de Málaga».
Según el testimonio de los vecinos del entorno de la calle Beatas, tanto esta calle como las de Ramón Franquelo, Tomás de Cózar y Aventurero ejercieron de urinarios durante toda la tarde. «Los chorros de orines han llegado hasta el patio de nuestra comunidad», agregó Soria, quien apuntó que, según las afirmaciones de los vecinos, en muchos puntos la música no paró a las seis de la tarde, como contempla la normativa dictada por el Ayuntamiento, con la pasividad de la Policía Local.
Cuarenta actuaciones del 061
Por otra parte, fuentes del dispositivo de emergencias 061 consultadas informaron de que fueron «unas cuarenta» las intervenciones que se requirieron para atender casos de intoxicaciones etílicas desde la tarde hasta bien entrada la noche.
El concejal de Seguridad, Julio Andrade, anunció a este periódico que, a partir de hoy, se va a reforzar la actuación de la Policía Local en el Centro Histórico para velar por el cumplimiento de la ordenanza de la feria. Andrade reconoció que lo de ayer fue «desproporcionado» y que a los agentes les fue imposible contener la masa que tomó la plaza de la Merced para el botellón, que también se extendió al entorno del Teatro Cervantes. «No se puede contener tanto volumen de personas», apuntó el edil, quien informó de que ayer mismo se dio orden a la constructora que realiza las obras de la plaza para que vuelva a colocar las vallas que impiden el paso a la zona central.
Andrade aseguró que la Policía Local está imponiendo sanciones a las personas que incumplen la ordenanza en temas como el consumo de alcohol en la vía pública y la realización de sus necesidades fisiológicas en la calle, pero reconoció que «es complicado frenar» estas acciones cuando son practicadas por miles de personas a la vez.
No obstante, anunció que ha dado órdenes para que la Policía Local «se esfuerce todavía más» a partir de hoy en la persecución de éstas y otras conductas prohibidas. «Evitarlas es difícil, pero podemos minimizarlas. Los vecinos pueden estar tranquilos, porque multas se están poniendo, aunque eso no lo evita. El efecto de las multas no es inmediato», añadió.
Fuente: Diario Sur.