Resulta que tenemos al partido popular, literalmente, podrido, por mucho que no se den por enterados, con “todos los concejales de la ciudad de Valencia señalados, investigados, imputados . . . por corrupción”, sin querer reconocer que ya “no pueden intentar gobernar”, porque han perdido la legitimación moral de hacerlo, porque ellos mismos han cavado su imagen impresentable, porque ellos mismos han socavado su propia credibilidad, porque se encuentran solos y aislados, porque urge que acepten esa triste realidad y decidan echarse a un lado en busca de una regeneración radical, de arriba abajo, si quieren volver a aspirar a tener el indispensable peso moral para aspirar al protagonismo de ese partido que hoy en día ha dejado de merecerlo.
Por mucho que se pretenda seguir “dándonosla con queso”, una y otra vez, en función de esas vaguedades sobre la regeneración moral, ¿liderada? por quien “no se enteraba de nada, se equivocaba a la hora de elegir, era el máximo responsable y confesaba su amor público por tanto granuja encopetado, de gran relieve político en el PP”, y ¿aún siguen intentándolo los mismos?, en un bucle putrefacto, maligno.
Mientras suplican “la gran coalición”, incluso habiendo encontrado “cierta comprensión” en figuras prominentes del gobierno, aunque ya estén pasados y sigan sin enterarse . . . aunque hayan puesto por delante su propio interés y resulte imposible de imaginar un gobierno del PP, encabezado por Rajoy, que acude cobardemente a sus 800.000 militantes del PP, honorables y decentes, se les supone como a los soldados el valor, con las cúspides podridas hasta el tuétano . . . menos “Rita Barbera que se va librando por aforada” . . . con un balance final muy triste y desolador, la complicidad de demasiada gente de a pie, por puro clientelismo vendido a estos golfos y truhanes.
Y paralelamente nos encontramos de frente con el PSOE y la baronía “vigilante”, ¿?; con su líder, puesto en entredicho, apoyado con la boca pequeña. ¡Válganos!.
Con el bueno de Pedro Sánchez, líder del PSOE, que supo descabalgarse de quienes no “rendían”, de un tal Tomás Gómez, responsable del socialismo madrileño, de un tal Carmona, concejal socialista defenestrado hacia el ostracismo, ahora víctima de la voracidad de sus barones y baronesa, que se lo quieren “cargar y largar”, porque no quieren “experimentos” con los “podemitas”, por rojos y cojoneros, mientras las emergencias de gran parte de la población sigue en “prevengan” , sin que le permitan porque “ni joden ni dejan joder”, los principales mientras su líder trata de “salvarse” recurriendo al aval de la militancia, porque “su supuesto izquierdismo” puede terminar rubricando su intento de formar gobierno, un gobierno, por cierto, de emergencia social y nacional, contra las macroestructuras de los dos grandes partidos del bipartidismo.
En plena efervescencia de unos modos democráticos que les “viene muy extraño” a los mandamases apoltronados en sus “tiquismiquis”, ¡vaya uno a saber!, a la espera urgente y premiosa de que se “pongan a trabajar” los responsables de un gobierno distinto, de un gobierno de cambio ¡¡¡ya!!!, incluso a pesar de los ditirambos sofistas, bucles infernales, que tan bien saben poner en solfa los barones y la baronesa. . . contra su líder al que, sencillamente, ¡no arropan!
Torre del Mar 1 – febrero – 2.016