La directora del Festival de Jerez, Isamay Benavente, incide en la evolución que vive este arte, una evolución que se refleja en la edición de este año, de la que ella destaca su libertad y variedad. Apunta también la directora la presencia en la programación de mucho cante y baile de raíz, y afirma que la de este año es “una programación muy del presente, pero con una clara mirada hacia el futuro”. Más allá de los aspectos artísticos, Benavente subraya la importancia del festival y del flamenco como potencia de la industria turística, además de la cultural, un aspecto este que se ha visto reforzado con un encuentro de programadores culturales, promovido desde la agencia Extenda, que se ha celebrado en fechas previas al festival.
Un total de 38 espectáculos compondrán la 19ª edición del ciclo jerezano que acogerá las nuevas o más recientes propuestas de Israel Galván, María Pagés, Rubén Olmo, Manuela Carrasco, Pastora Galván, Fuensanta La Moneta, Adela y Rafael Campallo y Concha Jareño. Junto a ellos, las bailaoras locales Mercedes Ruiz y María del Mar Moreno, que se encargarán de inaugurar y clausurar el ciclo con dos estrenos absolutos. El Ballet Flamenco de Andalucía y la Compañía de Antonio Gades completarán la programación de danza del Teatro Villamarta.
Además del baile, el coliseo jerezano contará este año con una presencia guitarrística de carácter excepcional, pero más que justificada. En plena celebración de la pasada edición, el festival recibió con estupor la noticia del repentino fallecimiento de Paco de Lucía y, con tal motivo, le va a rendir un tributo a su memoria que estará en las manos de cinco guitarristas de la penúltima generación jerezana —Alfredo Lagos, Juan Diego Mateos, José Quevedo ‘Bola’, Santiago Lara y Manuel Valencia— capitaneados por Gerardo Núñez. Igualmente, durante los días de celebración del festival estará expuesta en el vestíbulo del Villamarta la exposición Fuente y caudal, del Instituto Andaluz de Flamenco, una muestra que recorre la vida y obra del artista de Algeciras. Hay, además, otra noche con la guitarra como protagonista, la que ocupará el jerezano Paco Cepero, que presentará un espectáculo dirigido y coreografiado por Javier Latorre.
En los otros espacios escénicos, las habituales Salas Paúl y Compañía y el Palacio de Villavicencio, la programación presenta propuestas de pequeño formato, ya sea de figuras contrastadas o de jóvenes talentos, estrenos discográficos o los tradicionales recitales de cante a la caída de la tarde en el Alcázar. A ello hay que sumar la programación de las peñas flamencas de la ciudad que, en esta ocasión, además de sus exitosos trasnoches, amplía su oferta al mediodía. Y la creciente presencia del off-festival, con una oferta en bares y salas cada vez mayor y consolidada.
El festival se completa con sus tradicionales cursos de baile que, impartidos por prestigiosos maestros, atraen a más de un millar de cursillistas provenientes de una treintena de países. Su presencia, activa y multicolor, unida a la de los aficionados, llegados también de muchos lugares, configuran un vivo universo que transforma durante esas dos semanas largas la trama urbana de la ciudad y el ambiente en sus bares y restaurantes.
