«El flamenco se merece un mayor reconocimiento cultural en España»

Miguel Cerón fue el encargado de organizar el certamen, el primero de cante flamenco a nivel nacional, los días 13 y 14 de junio de 1922 en la plaza de los Aljibes de la Alhambra. Junto con Manuel de Falla, idearon el concurso con el fin de que el cante jondo no desapareciera víctima de la profesionalización. Convocaron así un certamen de cantaores no profesionales, personas que no fueran figuras ya consagradas. A partir de ese momento, los organizadores fueron buscando por toda Andalucía participantes que deberían saber cantar los palos según los cánones clásicos.

La decoración de la plaza de los Aljibes corrió a cargo del pintor Ignacio Zuloaga. Antes de que comenzase el concurso, al que acudieron alrededor de 4.000 personas, se celebraron actos culturales como el concierto de guitarra de Andrés Segovia y la lectura del poema 'Paisajes' por el propio García Lorca. El jurado estuvo presidido por grandes autoridades del flamenco como Antonio Chacón, Manuel Torre y Pastora Pavón, 'La Niña de los Peines'. El ganador de las 1.000 pesetas del primer premio fue Manuel Ortega Juárez, un niño gitano de 13 años que se convirtió en uno de los más grandes cantaores del siglo XX bajo el nombre de 'Manolo Caracol'. Esta histórica reunión artística sirvió de modelo para el Concurso Nacional de Arte Flamenco de Córdoba, que nació en 1956 y continúa hoy su andadura como uno de los mayores espectáculos de este arte en el mundo.

'En la memoria del cante'

Ahora, 92 años más tarde, el Ballet Flamenco de Andalucía estrena su espectáculo 'En la memoria del cante: 1922', que rememora aquel concurso que revolucionó la historia del flamenco en España y en el mundo. Y lo hacen con esa misma intención. «Hace 90 años se dieron cita todas estas figuras para ensalzar el cante jondo y otorgarle el reconocimiento cultural que se merecía, algo que aún hoy es necesario», explica la directora artística del espectáculo, Rafaela Carrasco .

Esta sevillana comenzó a bailar a los ocho años y desde entonces todo han sido éxitos en su carrera. El último, haber sido seleccionada el pasado mes de septiembre como la coreógrafa del Ballet Flamenco de Andalucía. Es una enamorada del flamenco que cree que este arte está más valorado fuera que dentro del país. «Hay que conseguir que en España se le comience a considerar como un arte culto, porque está considerado en los mejores teatros del mundo», señaló.

El espectáculo, que se estrenó el pasado viernes en Madrid, intercala grabaciones originales que aún se conservan para tener presentes las voces y el carisma de los personajes que estuvieron en el concurso de Granada en 1922. Con ello consiguen rememorar «sus voces y su carisma», lo que es una gran ventaja porque «es complicado evocar un concurso de cante con danza», según explicó la artista.

Clásico pero contemporáneo

Carrasco aseguró que todos los que vayan al Nuevo Teatro Alcalá disfrutarán de «un espectáculo de cante y baile tal cual», aunque conocer el origen histórico del montaje «hará que la gente disfrute aún más».

Y es que es «una propuesta de lo que pudo haber ocurrido en Granada aquella noche de 1922» pero, como reconoció la coreógrafa, «son piezas preciosas que por sí solas también tienen identidad».

Además, Carrasco señaló que, a pesar de evocar a un espectáculo de hace 92 años, a nivel escénico «nos sitúa en 2014». La artista explicó que tiene un tono muy contemporáneo y que todos los espectadores podrán disfrutar de lo que ocurre en el escenario durante los noventa minutos de función. Gracias a aquel concurso de cante, el flamenco se elevó a la categoría de arte y comenzó a ser reconocido internacionalmente. Hoy el Ballet Flamenco de Andalucía representa a España en todo el mundo bailando e interpretando los orígenes de este arte