La noche puso el momento artístico necesario para que el cante malagueño brillara con toda su luz, y casi nos cegó, por su intensidad y calidad. Ana Fargas es gaditana (Algeciras), pero muy joven se traslada a Estepona (Málaga), donde se ha formado artísticamente. Comenzó magníficamente su recital por Malagueñas en varios estilos y cierre por Jabera. Prosiguió con Caña y Polo de Tobalo a compás airoso, algo que agradecimos mucho pues estos cantes suelen interpretarse excesivamente paraos; la soleá apolá de cierre se llevó gran ovación. Serrana y Taranta del Cojo de Málaga, que aquí llaman Levantica, y Taranto de Fosforito emocionaron a más de uno, y fue de lo más comentado de la noche. Cante por abandolaos, con diversas rondeñas y cierre por Juan Breva despidieron con vítores a Málaga la bella que diría Enrique Morente y dieron paso al cante por Alegrías, con impresionantes subidas en la voz de Ana. Tangos en variados estilos, Bulerías y cierre por fiesta sin micro, a pelo, cerraron el magnífico recital en Murcia Flamenca. Tiene una gran voz Ana Fargas, quien va bien tanto a compás como en los cantes libres, en los tonos altos y en los bajos, algo con lo que no todos los artistas se atreven, por su dificultad.
Paco Javier Jimeno (Estepona) merece capítulo aparte. El guitarrista malagueño rayó a la altura que Ana le pedía, acompañando de forma magistral todos los cantes. Su toque dinámico y enérgico es envidiable. De limpia y depurada técnica, desgrana falsetas con facilidad como si no fuera con él la cosa. Es muy musical, tiene muy buen compás y nunca tapa el cante, lo recoge, lo acompaña y lo mece, acariciando los tercios y enriqueciendo sus melodías, el cante de Ana que tanto le inspira y que a nosotros nos dejó un eco que seguirá sonando en nuestras cabezas por mucho tiempo