El Monte San Antón y la iniciativa de los vecinos

ALFONSO VÁZQUEZ. MÁLAGA La iniciativa vecinal puso contra las cuerdas un enloquecido proyecto urbanístico en el Monte Gibralfaro. La racionalidad de la propuesta vecinal y la cercanía de las elecciones hicieron rectificar sabiamente al Ayuntamiento, que obsequió a los malagueños con un plan de protección para el famoso monte muy bien recibido por todos.
Este ejemplo de eficacia vecinal ha sido recogido por la Comunidad de Vecinos de Pinares de San Antón, preocupada por el ritmo de construcción en la falda del monte y por el futuro del cerro. Por eso, han decidido pedir a la Junta que sea declarado Monumento Natural.
Lo mismo hará en el próximo pleno municipal de octubre el grupo municipal socialista. Será el segundo intento, porque en 2005, esta propuesta se encontró con la negativa del grupo popular, que propuso otra salida: declararlo parque periurbano.
Lo que planea en el ambiente es la preocupación de vecinos y políticos por el avance de las promociones urbanísticas e incluso ampliaciones horteras de mansiones, declaradas ilegales pero nunca paralizadas.
Si no se realiza una protección seria y eficaz del San Antón, corre el peligro de convertirse en una caricatura de cerro, como le ocurrió al monte de San Cristóbal o de las Tres Letras, con inauditas promociones de adosados que trepan por su ladera.
La declaración de Monumento Natural, impulsada por la Junta y apoyada por el Ayuntamiento o una figura de protección parecida, sería el mejor regalo para las generaciones futuras. En esta Málaga de la ganancia rápida, ¿se piensa en ellas alguna vez?