Cuando la civilización instalada en su confort que se nos escapa a raudales, al menos para la mayoría de la población, en tanto se erigen los paladines de la debacle en guardianes del cortijo, contra sus propios, en aras de la patria que sangra la herida de sus pobres y niega el socorro a los desesperados de la tierra, mientras estrangula lentamente a sus compatriotas el poder instalado, allá donde se hacinen menesterosos y esclavos, por la especulación al mando en plaza que aniquila la esperanza y el futuro, los parias del mundo, los refugiados huyendo de la barbarie, los muertos de hambre escapando de la desesperación, . . .los suizos se blindan por si acaso las cosas van a mayores y ponen números clausus a quienes no saben donde seguir malviviendo y los europeos corremos a vengarnos. . . de nuestro miedo.
A la misma hora que todavía en Ceuta, en la frontera de la vergüenza, se miran las olas llegando a la arena de la playa por si aún han de vomitar algún cuerpo exánime, algún cadáver rechazado y tragado por la mar voraz e inclemente, unos pocos más entre los miles que ya han sucumbido, en el gran cementerio azul y callado de la impudicia universal, alertadas las fuerzas vivas de la seguridad nacional para que aquí, en la patria de la desigualdad, no entre ningún otro paria más, para que hayan de intentarlo una y otra vez, para dejarse la vida o para lograrlo, heridos, acuchillados, ahogados, por una vida que les aguarde de miseria y servidumbre, por sentirse, sin embargo, vivos y determinados a no dejarse matar sin que haya llegado su hora.
Mientras los poderosos y sus gobiernos hacen cálculos y ponen cuotas, de intereses, de beneficios, de necesidades de pobres al detall, porque no pase ni uno de más, aunque mueran como perros, muertos de debilidad, asesinados de insensibilidad de quienes presumen de fes y religiones fraternales, por la ley que ellos aprueban, para cumplirla escrupulosamente, incluso contra sus semejantes. . .antes de ir dejándolos morir villanamente, mirando hacia otro lado de su conciencia biempensante que. . .”yira y yira. . .sorda y muda” .
Y entretanto los guardianes de la patria, casco y botas, en ristre la vigilancia en corto, la mano en la porra por si acaso, frente al montón de seres humanos que nadaban, que se ahogaban, que morían, frente a los impertérritos soldados de la obediencia debida, sin compasión alguna, en situación y posición disuasoria, disparando pelotas de goma al aire, mientras ya flotaban ahogados uno, dos, . . .hasta catorce, qin que nadie “desobedeciera” para lanzarse y salvarles, a pesar “de la actitud agresiva” de quienes osaron invadir masivamente el paraíso europeo que hace aguas, y sangre, y corrupción a raudales, y mentiras. . .y sonrisas de una infanta que no pierde la buena educación, . . .y no pide perdón, . . .y defiende que ella no sabía nada para seguir tan resuelta volviendo a su hogar. . .¡en Suiza!
Torre del Mar 15 – febrero – 2.014