«Las nuevas instalaciones deportivas no son para los vecinos de El Palo, sino de uso privado». Así de contundente se muestra Santiago González, el presidente vecinal de la barriada, que critica el «carácter exclusivo» de los equipamientos de ocio y deporte proyectados en la zona este de la capital. González lamenta que los dos nuevos campos de fútbol de San Ignacio y Gallardo, junto al comienzo de las obras del pabellón de la ACB en las antiguas cocheras de la EMT no colmen las aspiraciones vecinales, que se remontan a 1976. «Desde que empezamos a funcionar como asociación pedimos zonas deportivas. Es una petición histórica que digan lo que diga sigue sin solucionarse. Aquí nos declinan directamente a la playa o al monte a correr porque otro espacio no hay», denuncia el presidente.
Desde el colectivo vecinal consideran que no se ha contado con la opinión de los paleños para hacer las nuevas infraestructuras, que aunque son un paso adelante en El Palo dejan abierta una cicatriz histórica. «Todas las obras y proyectos que mejoren la calidad de vida del barrio son bienvenidas, pero es una decepción que las nuevas instalaciones serán utilizadas por un segmento reducido de población en el que no entran la mayoría de los paleños», asegura González.
Su idea la secundan otros representantes que demandan para El Palo instalaciones más ambiciosas y a precios asequibles. «Lo ideal es un polideportivo municipal, como tienen casi todos los barrios de Málaga, faltan recintos populares. Los nuevos espacios serán unos cuantos privilegiados de clase media-alta que se lo puedan permitir», declara Antonio Rodríguez, quien recuerda que El Palo lleva luchando por esta causa «más de tres décadas y no sólo por el campo de fútbol». «En 1973 reivindicamos con alegaciones y organizamos dos manifestaciones años después, pero sin éxito», recalca. «Estamos contentos con los campos de fútbol pero seguiremos reivindicando un polideportivo que permita practicar otras disciplinas y que sería muy bien aprovechado por los vecinos de El Palo y Pedregalejo», subraya.
La asociación también discrepa sobre la gestión de los campos de fútbol, de la que se encarga el Centro Deportivo del Palo, creado en los años 70. «Estamos satisfechos porque un espacio público pueda ser usado por ellos, pero la gestión tendría que estar en manos públicas a fin de favorecer que otras personas puedan hacer uso de las instalaciones», precisa
Fuente. Diario Sur.