Y es que son muchas las personas de todas las edades que hacen uso de estas máquinas a diario y que, a la vez que hacen sus ejercicios, fomentan las tan necesitadas relaciones sociales. Así, tengo que felicitar a las personas de las que haya partido esta idea.
De la misma manera, no entiendo que después de haber reformado las dos fuentes con su acertado alumbrado de colores, no se hayan repuesto los bancos que faltaban en la misma. No en vano, desde mi punto de vista, lo más importante de una plaza son los bancos para descansar y, por supuesto, su limpieza, la que, por cierto, brilla por su ausencia en esta plaza del Palo.
Sobre todo, la suciedad se hace palpable tras la hora del desayuno de los jóvenes que estudian por los alrededores. Así, alguien debería tomar cartas en el asunto, ya sean profesores,