. Desde entonces un vecino de El Palo, Juan Caparrós, lo cuida con primor y ha llegado a crear un auténtico vergel en la jardinera donde se levanta la imagen de la patrona de los pescadores. Según relató a este periódico hace unos años, le hizo una promesa a la Virgen del Carmen para que su mujer, enferma del corazón, «tuviera una enfermedad más llevadera», y también pensando en «varios amigos enfermos». Juan Caparrós se encarga de cuidar tanto el mosaico como el jardincillo que lo rodea, en el que ha sembrado diversas plantas y ha decorado con motivos marineros. «Esto estaba muy mal, el césped estaba seco y se había convertido en un cagadero de perros», decía mientras arreglaba las plantas que rodean el mosaico de la Virgen, algo que hace de forma muy frecuente. Allí ha sembrando un poco de todo, desde romero, cactus, aloe vera, etcétera, con semillas que le han dado mujeres del barrio y otras que ha conseguido él.
Además ha colocado algunos adornos, entre ellos cochas de peregrinas, conchas finas, de corrucos, cañaillas, todo relacionado con el mar.Pero el deseo de este hombre y el de los vecinos de esta zona de El Palo es que este espacio que ha sido felizmente recuperado y luce con sus plantas, flores y adornos sea protegido y por ello solicitan que el Ayuntamiento coloque una barandilla alrededor del mosaico para evitar que las plantas puedan ser pisoteadas por los perros que se siguen subiendo allí, además de iluminar la zona de manera que de noche destaque, cosa que ahora no sucede.