Tres años más tarde la basura no es ni mucho menos tan numerosa pero la asociación sigue reclamando al Ayuntamiento más mantenimiento y vigilancia para esta veterana zona verde, inaugurada en 1981 y en la que todos los años se celebra la Romería de San Antón (la última vez, el pasado 2 de febrero).
«Aquí no hay ningún tipo de vigilancia y como no viene nadie es la ley de la selva. Pedimos que la policía se pase aunque sea los fines de semana y sin bajarse del coche, para que sea disuasorio», argumenta Mercedes Pirez, presidenta de la asociación de vecinos del Palo. La presidenta cree que si la zona sigue sin vigilancia «acabaremos como está el Peñón del Cuervo».
Mercedes Pirez muestra el estado de unas pérgolas de obra con el techo de conglomerado destrozado. Así llevan años.
«Esto es un conjunto, un problema tanto del Ayuntamiento como de nosotros los ciudadanos, que tenemos que tomar un poco de conciencia y cuidarlo porque esto sale de nuestros impuestos y hay que mantenerlo», esgrime la presidenta.
En esta amplia zona verde pueden verse bolsas y platos de plástico así como botellas de vidrio desperdigados por los cerros y carteles arrancados. El botellón no falta casi ningún fin de semana.
En este sentido, los carteles que siguen en pie y que prohíben arrojar basura son difíciles de leer, al estar tallados en madera, señala la presidenta.
Una de las reclamaciones más veteranas, nunca atendida, es que el parque pueda contar con servicios y agua. Los dos servicios, de obra, se construyeron hace años pero nunca han funcionado y en su interior había el pasado martes basura y excrementos. «Cada vez que viene la romería se alquilan tres baños, no sé si vale la pena arreglar esto de forma definitiva y no traer todos los años los baños portátiles», plantea Mercedes Pirez, que señala que el agua serviría para que los usuarios del parque, y en especial los de las barbacoas, pudieran lavar sus utensilios.
La cuestión de la limpieza es otro problema. La dirigente vecinal cuenta que un vecino que acude al parque todos los fines de semana envía a la asociación fotos de suciedad. «Ahora está más limpio porque habrán limpiado después de la romería». «Lo están limpiando pero no sé si los días que limpian son los adecuados. Deberían hacer un seguimiento más de cerca del parque porque la gente tira cosas donde no debe», destaca la presidenta.
Una valla de espinos delimita una de las fincas vecinas. Justo en el límite, dentro ya de la finca, se acumula una cantidad de basura considerable.
Y junto a una de las dos fuentes del parque, por supuesto sin agua, hay numerosas botellas de vidrio hechas pedazos. Estamos en la parte más baja del parque. «Porque aquí entran los coches, esta es la parte de los novios y la gente joven», explica. También hay, muy cerca, huellas de hogueras, algo que la presidenta considera muy peligroso.
«Es el único parque con unas vistas maravillosas que tenemos en El Palo, es una pena tenerlo así», concluye