Y es que el Puerto no está dispuesto a que el jardín de palmeras que se está haciendo en el muelle de los Curas se vea perjudicado por la presencia del botellón. Por ello, da de plazo al Consistorio un año para que le encuentre una ubicación alternativa. «La verja no se quitará hasta el año que viene, ya que las obras del muelle 2 seguirán en todo lo que queda de 2008», matizó el presidente de la Autoridad Portuaria.
Plaza de la Marina
Asimismo, Enrique Linde comentó que, debido a la celebración semanal del botellón, no va a suprimir por el momento las verjas que hay en la entrada al puerto por la plaza de la Marina, la que se encuentra flanqueada por los cuatro grupos de columnas que caracterizan esta fachada del recinto portuario.
El Puerto está realizando unas obras para adecuar el tráfico en esta entrada que desplazarán la garita de control de acceso desde la plaza de la Marina a un punto situado más próximo al muelle 3, el paralelo a la avenida de Manuel Agustín Heredia. Ante esta circunstancia, la Autoridad Portuaria se había planteado la eliminación de la verja que existe entre los grupos de columnas, pero no la va a suprimir por el momento debido a la presencia de numerosos jóvenes en esta zona, en la madrugada de los fines de semana.
Solución transitoria
Sobre esta postura de Linde, la concejala de Juventud, Patricia Navarro, señaló que la ubicación del botellón en el paseo de los Curas fue una solución «transitoria y provisional» para hacer compatible el derecho a la diversión de los jóvenes con el descanso de los vecinos del casco antiguo. Por lo tanto, dejó ver que el Ayuntamiento tiene previsto su traslado a otro lugar, una operación sobre la que aseguró que todavía no se ha estudiado el posible emplazamiento alternativo. «No tenemos nada cerrado al respecto», recalcó Navarro, quien agregó que la afluencia de público al paseo de los Curas para el botellón ha disminuido un 45% en los últimos meses.
Según publicó este periódico (ver SUR 1/12/2007), el traslado del botellón desde la plaza de la Merced al paseo de los Curas ha provocado su dispersión por otros barrios de la ciudad. Así lo han corroborado diversas asociaciones de vecinos que han denunciado que, aunque se trata de grupos de jóvenes reducidos, molestan por el excesivo ruido que provocan en la calle. El Mayorazgo, la parte alta de El Limonar, el entorno del Parque Mediterráneo, los alrededores del Martín Carpena y El Palo son algunas de las zonas que acogen pequeños »botellones».