El pulso, una polémica seña de identidad de la Semana Santa

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ALFONSO VÁZQUEZ Pocas ´innovaciones´ de la Semana Santa han levantado, desde que la implantaron unos militares hace algunas décadas, tantos recelos y tantas alabanzas. A pesar de que la innovación tiene ya muchos espolones y se ha convertido en una tradición, continúa levantado escamas entre algunos cofrades, que comparan el pulso con ´el salto de la rana´ en el toreo o los bongos en el flamenco: una licencia artística que se aparta del purismo.
Por contra, están los cofrades que consideran el pulso como uno de los ´santo y seña´ de la Semana Santa de Málaga, sólo comparable con los hombres de trono y los militares. Si en los años veinte las procesiones pasaron de ser relativamente modestas a ser ´suntuosas´, el pulso, sostienen, no hace sino reforzar esta suntuosidad.
Al que esto escribe, el pulso no le gusta un pimiento. Le recuerda al número de un forzudo de circo y, en cualquier caso, durante esta exhibición muscular, los hombres de trono se colocan de protagonistas, dejando en un tercer plano a los titulares, aunque un servidor comprenda que estas arremetidas levanten el entusiasmo de muchos cofrades y del respetable, además de levantar el trono.
Quizás lo mejor para estas dos posturas irreconciliables de críticos y defensores acérrimos sea encontrar un término medio: que el pulso sea un regalo estético excepcional y no la propina que se ofrece en cada rincón del recorrido. De gustos hay mucho escrito y esta es una sugerencia más.

Brillo institucional
Una administración no sólo debe ser limpia y transparente, también debe parecerlo. A pesar de que la Subdelegación del Gobierno ya no es lo que era y ha perdido el halo de poder de los gobiernos civiles, ayer, una limpiadora sacaba brillo a la placa colocada en su nueva sede, en el antiguo Sanatorio 18 de julio. En concreto, se afanaba con el escudo institucional. Todo un símbolo.
Nada que ver con el despiste municipal de hace unos meses, cuando sacó un anuncio informando de las obras en la calle Salitre, con el objeto de potenciar los comercios de la zona.
El anuncio incluía un letrero gigante de la calle, anunciado en los autobuses, que daba una penosa impresión, ya que aparecía lleno de polvo y goterones sucios. Aunque la calle esté en obras, no hay que transmitir en la publicidad un realismo que espante a los clientes.

Calle Fresca
El anuncio de que el Ayuntamiento va a arrancar el empedrado artístico de la calle Fresca para sustituirlo por otro sigue creando malestar en algunos lectores, que se han puesto en contacto con esta sección para deplorar la medida. Caso curioso, la mayoría recomienda al Ayuntamiento que en su lugar retire con urgencia el reciente adoquinado de las plazas del Siglo y del Carbón, a su juicio una pésima actuación en uno de los lugares más frecuentados del Centro.