El Teatro Estudio Lebrijano (TEL) fue un grupo que hoy resulta imprescindible para entender la historia del teatro independiente en Andalucía y en el resto del país. Fundado en 1966 por Juan Bernabé, constituyó un caso excepcional de alianza entre estudiantes aficionados a la escena y trabajadores; un insólito acontecimiento de teatro social y de vanguardia que llevaba sus obras a plazas, barrios y campos “en los años del miedo y la censura”, en palabras de Antonio Zoido, comisario de la exposición que va a conmemorar los cincuenta años de su nacimiento.
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La muestra es tan solo uno de los capítulos que componen el ambicioso programa 50 años del Teatro Lebrijano. Crónicas teatrales de un pueblo, que ha sido presentado hoy en el Dormitorio Alto del Espacio Santa Clara dentro del marco de la XIX Bienal de Flamenco de Sevilla. Los actos, preparados por la Asociación Cultural Juan Bernabé, con el apoyo del ayuntamiento de Lebrija y otras instituciones y entidades, incluyen un amplio itinerario de actividades que arrancan el próximo 3 de noviembre en la citada localidad coincidiendo con los 20 años del Teatro Municipal que lleva el nombre de Bernabé.
Ese mismo día se inaugurará la exposición conmemorativa y se presentará el documental de la historia del TEL realizado por Nonio Parejo, uno de los dos formatos que narrará la experiencia del grupo. El otro es el libro que sobre su historia han preparado Raúl Limón, redactor de El País, y el también periodista Alfonso García. Un extenso programa teatral llenará el resto de noviembre, tanto en el teatro municipal -con nombres como los de José Sacristán, el cantaor José Valencia o Javier Ruibal- como en la calle, donde se representará Oratorio, la obra principal del grupo, bajo la nueva mirada de la directora teatral Pepa Gamboa. El mes se completa con una semana de mesas redondas en la que participarán expertos en teatro independiente y de calle o de flamenco, junto con representantes del movimiento jornalero.
No se puede olvidar que el grupo lebrijano es indisociable de la lucha por la libertad en aquellos años de plomo y que su grito se hermanaba con la lucha campesina de ese tiempo. Tampoco que el grupo lebrijano fue pionero en la introducción del flamenco en la obra teatral, pero no con el objetivo costumbrista frecuente hasta entonces, sino para dotar de una fuerza mayor al argumento y conseguir que el espectador se sintiera identificado con él. Con esos elementos el TEL, que constituye “el acto fundacional del teatro ritual andaluz”, en palabras de Gamboa, se integra con derecho propio en el corazón de la vanguardia europea tras ser galardonado por la obra Oratorio, basada en la obra de Alfonso Jiménez Romero, en el Festival de Nancy (Francia) de 1971.
La influencia del grupo se extendería de manera inmediata a La Cuadra de Salvador Távora, su principal secuela, pero también a trabajos de José Heredia Maya como Macama Jonda y Camelamos naquerar, esta junto al bailaor Mario Maya; para llegar hasta nuestros días en la primera parte (Tierra) de la obra La Consagración de Estévez, Paños y Cía., Giraldillo a la Mejor Coreografía en la Bienal de 2012.
Un año de actividades
El acto de presentación del programa de este cincuentenario, que se extenderá durante todo un año con la colaboración activa de más de un centenar de personas entre intérpretes teatrales, cineastas, flamencos o escritores, superó con creces la respuesta de cualquier convocatoria de prensa de la Bienal para convertirse en un acto casi multitudinario, que tuvo mucho de reencuentro de toda una generación y de un tiempo con la presencia de algunos de sus históricos protagonistas.
El presidente de la Asociación Juan Bernabé, José García Castro, invitó al más de centenar de presentes a que hicieran un ejercicio de memoria, el de trasladarse al difícil tiempo de los últimos años de la dictadura de Franco. En ese marco, se procedió a la lectura dramatizada de algunos textos de Oratorio con el cante de José Valencia y la voz de Ángela Mendaro, entre otros. Unos momentos que resultaron emocionantes incluso para los muchos que no pudieron vivir esos años ni la propia experiencia del TEL
Antes se había proyectado un vídeo lleno de testimonios y, a continuación, vinieron las intervenciones, las oficiales y las especializadas. Todas coincidieron en la extraña e irrepetible simbiosis artística, cultural, social que supuso el TEL. Pepa Gamboa subrayó, además, cómo el grupo rompió los moldes del teatro independiente de ese tiempo “con una integración de estética, política, flamenco e ideología”. Antonio Zoido recordó que el dramaturgo Antonio Buero Vallejo citó al grupo en su discurso de ingreso en la Real Academia Española de la Lengua afirmando que “Federico [García Lorca] estaba detrás de ello”. No resulta casual que también los lebrijanos estuvieran presentes en el pregón que de esta XIX Bienal hizo el escritor Antonio Hernández