Nadie podía imaginar, a excepción de los biólogos y la industria farmacéutica, que la solución a la embestida de las medusas estaba en el propio medio marino. Tras varios años años de irrupción masiva, de picaduras a diestro y siniestro en la Costa, unos científicos israelíes han alumbrado una crema capaz de transformalas en bichos viscosos e inofensivos. Y lo han hecho fijándose en el pez payaso, una especie que convive con una anémona, otro ser vivo con alta capacidad urticante, al que engaña mediante el camuflaje.
Evidentemente, el bañista común, e incluso el avisado, no cuenta con la ayuda de la maleza en la playa. El producto, comercializado con el nombre de Fotoprotector, de los laboratorios ISDIN, contiene una sustancia basada en las estrategias del pez payaso que, distribuida convenientemente por el cuerpo, hace que las medusas se inhiban de atacar.
Ángel Martín Reyes, director del Centro de Información del Medicamento, dependiente del Colegio de Farmacéuticos de Málaga, explica que las medusas mantienen una relación difícil con la piel humana. En un primer momento, la detectan y se aproximan, pero, cuando la tienen a un palmo, comienzan a exasperarse y activan sus mecanismos de defensa. En esta ecuación, el producto funciona a modo de disfraz y evita que el bañista sea percibido por el bicho, que actúa en su presencia como si estuviera dando vueltas entre algas.
Con estos antecedentes, no es de extrañar que la loción, que también protege de los rayos solares, se haya convertido en el producto más demandado del verano. Así, lo confirma Emilio Utrera, encargado de la botica de la Plaza de la Constitución, que enumera las ocasiones en las que se ha quedado sin existencias. También, su colega Carmen Vargas-Machuca, que apunta a otras propiedades del producto. "Se puede sumergir en agua, aunque con las precauciones propias de toda loción", señala.
Los especialistas coinciden en destacar el elevado grado de eficacia del fotoprotector, que ha sido probado con las picaduras de numerosas variedades de medusas. Con la salvedad, claro está, de la `physalia physalis´ y la `chironex fleckeri´, especies mortales a las que nadie quiere exponerse a guisa de experimento.
No obstante, Martín Reyes, advierte de que el mayor porcentaje de error de la crema está relacionado con un uso poco riguroso o despreocupado. En este sentido, recuerda que los fotoprotectores deben aplicarse en todo el cuerpo y veinte minutos antes de salir de casa. Además, detalla que las aplicaciones tienen efecto durante un máximo de tres o cuatro horas. "No se puede pretender que dure toda una tarde o que se mantenga después de treinta baños consecutivos", puntualiza el especialista. Más o menos como cualquier crema de protección solar, aunque con la propiedad de que vuelve inmune a las temidas medusas.
LA OPINION DE MALAGA