PALOMA GÁLVEZ. MÁLAGA A quince días de que se inicie el curso escolar, los estantes comienzan a vaciarse. Familias enteras acuden a tiendas, centros comerciales y papelerías para proveer a sus hijos de libros de texto, colores, calculadoras, libretas, uniformes y demás material escolar.
Los gastos que implica la vuelta al ´cole´, que sólo en libros de texto supera los 80 euros, suponen un duro golpe para la economía familiar y dificultan aún más superar la cuesta de septiembre, sobre todo en la actual situación de crisis económica.
El año pasado, el nuevo curso escolar les implicaba a los padres andaluces un gasto medio de entre 630 y 870 euros. El calzado y la ropa se sitúan como uno de los principales costes, mientras que el ´peso´ de los libros de texto disminuye tras la incorporación del programa de gratuidad de la Junta de Andalucía en los centros de enseñanzas obligatorias. La Junta invertirá 18 millones de euros en este programa, que beneficiará a 168.290 alumnos en la provincia. El plan se extiende a toda la Enseñanza Obligatoria. Se compran nuevos manuales cada cuatro años.
El presidente de la Federación Andaluza de Libreros (FAL), Juan Manuel Cruz, asegura que este año, en el que se completará el programa de gratuidad, apenas se han notado los efectos de la crisis. ´Más bien empezarán a notarse a partir del año que viene con el cumplimiento del programa de gratuidad de la Junta, aunque los libros de texto no representan un gran gasto, tan sólo el 15 ó 20 por ciento del total. No son los libros el principal gasto", apostilló. De hecho, este año en Andalucía, el coste asciende a 89 euros, por debajo de la media nacional, según un comunicado de la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (ANELE).
El material escolar es imprescindible en las aulas. Las marcas son el caballo de batalla de muchos padres, que deben ajustarse a rígidas listas elaboradas por los centros escolares. Las escuelas de educación Infantil se sitúan en los primeros puestos en relación al gasto en estos productos.
"Los que más demandan son las guarderías, tanto públicas como privadas´, afirman fuentes de Góvez, una empresa malagueña que desde 1961 proporciona material técnico y de papelería en general a los diferentes colegios de la provincia. Las ofertas o la singularidad de sus productos permite a esta tradicional empresa enfrentarse a la existencia de nuevos negocios o grandes superficies que venden este material. Según los cálculos de la Federación Andaluza de Consumidores de Amas de Casa Al-Ándalus, el año pasado los gastos en material escolar rondaban los 140 euros de media, a los que habría que sumar entre 20 y 40 euros en libros de consulta general.
Afluencia. "Ahora mismo tenemos afluencia de público porque no ha empezado septiembre. Aunque la crisis aquí apenas se ha notado pese a que tengamos la competencia de los ´chinos´. Nosotros ofrecemos más calidad, marcas y modelos específicos", puntualizan las citadas fuentes. Los consumidores universitarios constituyen otra baza para estos negocios que buscan la diversidad en sus catálogos.
En el caso de El Corte Inglés, no se han producido grandes cambios en la venta de este material tan necesario para los niños. "En los libros no se ha producido mucho bajón y en cuento al material escolar intentamos tener ofertar y facilidades para que la gente pueda tener acceso a lo productos más básicos como bolígrafos o colores. Por ejemplo, vendemos tres libretas por el precio de dos", aseguraron fuentes del centro.
Aunque pueda resultar extraño, el uso de uniforme es un coste que hace mella en los sueltos de una familia media andaluza. En 2007, Al-Ándalus señaló que esta era la partida más cara, en función de si se trata de precios de marca o no. Por ejemplo, un chándal cuesta unos 34 euros y el uniforme escolar ronda los 100 ó 120 euros. Los precios de los uniformes varían enormemente de unos colegios a otros. Algunos centros exigen uniformes muy completos.
También es cada vez más habitual que los padres se vean obligados a utilizar el servicio de los comedores como medida para conciliar el horario escolar de los colegiales con el horario de la jornada laboral. Un gasto más que varía en función de los ingresos familiares y el número de hijos.